A lo máximo que se atrevió el socialismo es a calificar la tremenda crisis económica y social como de "tiempos complicados". ¡Serán farsantes! |
Mientras la progre María Escario, ante la numerosa presencia de sudamericanos en la celebración de la Eurocopa en Madrid, le dio por avisar al resto de los concurrentes con esta frase: “por cierto, ¿has echado algo en falta de los bolsillos?”, ahora el PSOE anuncia que en su 37º Congreso propondrá esto otro: “Que los emigrantes voten en las municipales”. ¡Acabáramos!
Y es que la izquierda es así, emprendedora ella. Dispuesta siempre a crear nuevos parias de la tierra mediante el empobrecimiento de la población española, algo que suele lograr con brillantez a través de una gestión económica usualmente desastrosa. En realidad, los socialistas se despreocupan bastante del bienestar general, no así del propio. Si la economía va bien per se, pongamos a causa de la herencia popular recibida, a sacar pecho; si no es así, y entramos en una crisis espantosa que nunca debe reconocerse, pues a sacar provecho. Saben de sobras los zapaterinos que unos cientos de miles de trabajadores venidos a menos constituyen para ellos un amplio “fondo de armario” o filón de votantes a los que recurrir en las elecciones.
No olvidemos, además, que la izquierda necesita colocar a muchos de los suyos en los cargos públicos, porque de lo contrario, visto que suelen ser gente sin experiencia ni preparación profesional en la esfera privada, les aguardaría la cola del INEM, sección reservada a los pelagatos sin oficio ni beneficio. Es decir, a barrer calles y poco más. Y sin embargo esos parias, debidamente aleccionados tanto en el ámbito formativo —¿qué es, si no, “Educación para la Ciudadanía?—, como en el informativo, llegado el momento de las votaciones acudirán en masa a entregarle la papeleta —¡tiene guasa!— a los responsables directos de su empobrecimiento o el de sus familias.
Por si fuese poco indecente el sistema izquierdista de mantenerse en el poder, pero considerando que la izquierda siempre quiere más, dado que son muchas las bocas que piden cargo público, ahora se plantea darles a los emigrantes el voto municipal, que 8.000 ayuntamientos a equis concejales, es igual a coloco a unos cuantos de los míos y me llevo un “puñao” para el partido. Y de paso “fidelizo” —otros dirían subyugo— a unos cuantos colectivos de emigrantes, comenzando por esos islamistas que en las últimas generales pidieron el voto para ZP.
Porque no olvidemos que contamos ya con un buen montón de españoles musulmanes, y esto no ha hecho más que empezar. A los que les seguirán todos esos cientos de miles de sudamericanos que poseen doble nacionalidad o que obtendrán nuestra ciudadanía en cuanto los zapaterinos vean que se les va acabando el filón. Eso sí, a la Escario se le escapó ese desprecio hacia los hispanos del otro lado del charco que todo rojo lleva dentro. Supongo que se entenderá ahora el porqué de la “barra libre” en emigración de la ley Caldera. Y es que entonces practicaban ya la cuenta de la vieja: No sólo crearemos parias, sino que además los importaremos. ¡Nos conviene, en ambos casos son incondicionales nuestros!
¡Ah!, una aclaración para los malpensados: Ningún problema con los emigrantes, vengan de donde vengan, sean de cualquier color o religión, pero a condición de que sean legales y lleguen a España con un contrato de trabajo.
PD. En la Web del PSOE puede hoy leerse esto: “Blanco critica la falta de propuestas del PP y su silencio en temas como la ampliación de la jornada laboral”. Para reír hasta gritar basta, puesto que Rajoy le ofreció ayer a Zapatero un paquete de medidas económicas, si no fuese tan de llorar desconsoladamente. ¡Realmente, es muy complicado llegar a ser tan farsante como Pepiño!
Autor: Policronio
Publicado el 3 de julio de 2008
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