Como también de la eutanasia, cuando uno se encuentra fuerte, vivito y coleando.
La ausencia de un Poder Soberano Planetario que pudiera ejercer las funciones de Policía, tanto las preventivas como las represoras, hace, en las circunstancias actuales, inevitable la guerra, es decir, hace inevitable la situación en que personas nacidas estén en disposición de matar y ser matados, por la sencilla razón de que no hay un órgano de orden público que evite que ciertas situaciones desagradables trasciendan allende las fronteras del Estado susceptible de ser guerreado.
Es por ello que la guerra, como máxima expresión de la violencia devastadora, y su secuela de muerte y destrucción, podría ser evitada a poco que los nacidos de mujer pudiéramos aceptar un poder judicial y policial único, como expresión de una única soberanía. No estoy justificando el imperialismo, sino todo lo contrario. Estoy propugnando que si todos los seres humanos pertenecemos al mismo cuerpo social y todos somos susceptibles de sentir las mismas necesidades "sociales", sin perjuicio de nuestros proyectos individuales, no debería haber obstáculo alguno para que todos nos afanemos en conseguir nuestro "proyecto social", soportando un único Estado.
En conclusión, la guerra concierne a personas nacidas y perfectamente capacitadas para evitarla, a poco que se lo propongan.
A lo que voy. No se conoce ser nacido de mujer que tenga la condición del cordero, serpiente, pez espada o chimpancé. Por lo tanto, habremos de convenir que si todo lo que ha nacido de mujer tiene apariencia de hombre, todo lo que se concibió en cuerpo de mujer era susceptible de ser hombre. Y si lo que es susceptible de ser hombre se aborta, lo que se está haciendo es evitar el nacimiento de un hombre, no de un cordero, serpiente, pez espada o chimpancé.
Otra cuestión es la calificación jurídica que merezca el hecho de impedir el nacimiento de un ser humano. Y digo ser humano, porque de lo que conocemos debemos convenir que lo que nace de vientre de mujer es un ser humano. Y digo lo de calificación jurídica, porque el impedir el nacimiento de un ser humano se puede producir en diversas circunstancias, merecedoras de distintas valoraciones o desvaloraciones. Y digo en distintas circunstancias, como en distintas circunstancias se produce el arrebatar la vida a un nacido y ello merece distinta valoración antecedente de una distinta calificación.
Lo que no es de recibo, es llevar la discusión al supuesto derecho de la futura paridora a abortar el nacimiento de un ser humano, con el concurso de ciertas mafias. Porque en ese caso, la futura paridora habría de plantearse el ejercicio de ciertas acciones personales hereditarias: si de lo que llevo dentro pienso que no tiene derecho a nacer, a lo mejor mi madre hubiera pensado lo mismo y en su caso voy a cumplir su santa voluntad.
Autor: Carlos J. Muñoz
Publicado el 23 de marzo de 2008
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