lunes, 13 de agosto de 2018

Plan Hidrológico Estatal y Nacional de Catalunya

Escena de emigrantes magrebí­es a su llegada a Cataluña (año 2011)

Montilla va a realizar varios trasvases en Cataluña, quiere llevar el agua del Ebro y de algunos de sus afluentes importantes, como el Segre, hacia el área metropolitana de Barcelona o hacia donde considere que hace falta. Me parece bien, es lo lógico y así actuaría cualquier gobierno razonable. Lo curioso del caso es que buena parte de esos trasvases se contemplaban ya en el Plan Hidrológico Nacional, que entonces era el proyecto de los fascistas del PP. Y claro, lo de “Nacional” les hacía mucho daño a unos nacionalsocialistas encabezados entonces por Maragall, líder del PSC en el momento de ser abolido el proyecto —recordemos: “A los del Sur ni gota, que la derrochan”—, y respaldados por el separatista Carod, un fulano que además sospechaba el enriquecimiento de ese Sur maragalliano, de mucho mejor clima, en el caso de recibir parte del agua arrojada y desperdiciada en el mar.


Quizá hubiese corrido mejor suerte el PHN en el caso de que los del Sur se hubieran comprometido notarialmente a seguir comprándoles lo mismo de siempre a las industrias catalanas, es decir, las ingentes cantidades de productos manufacturados en Cataluña, con materias primas procedentes del Sur, que luego vuelven a precios centuplicados. Es lo que se les ha venido comprando en los últimos cuatro o cinco siglos, como poco, luego según la teoría suspicaz de Carod, “nada debe cambiar en ese aspecto”. 

Otra de las cláusulas del acuerdo notarial destinada a satisfacer a los nacional-socialistas-separatistas —una satisfacción temporal, por supuesto, porque a esta gente no les satisface nada—, podría haber consistido en el compromiso firme de no construir más hoteles o urbanizaciones de veraneo en todo el Levante, para que así el turismo pudiera derivarse hacia las costas Dorada o Brava, como siempre se ha hecho ante la falta de alojamientos levantinos. Y finalmente, aunque no menos importante para la sensibilidad nazi de los tripartíticos, lo adecuado hubiese sido denominar al proyecto pepero del siguiente modo: PHEyNdC, Plan Hidrológico Estatal y Nacional de Catalunya.

Se me olvidaba comentar que Montilla no los llamará trasvases, que está muy mal visto después de tantos años dedicados a desprestigiar el término y relacionarlo con el famoso “expolio” de los españoles a los catalanes, los denominará “aportes hídricos ocasionales” o algo por el estilo —ni me molesto en buscarlo—, que es la solución mágica de todo buen socialista: disfrazar la realidad, apañarla a su gusto para publicitarla y convertirla en “soluciones habitacionales”.  A todo esto, que a nadie se le ocurra preguntarle a los lugareños de esos ríos que acabarán por abastecer Barcelona y su cinturón, puesto que ahora, a diferencia de entonces, nadie tiene derecho a una protesta o compensación mínimas cuando la iniciativa es de los “progresistas” y únicamente se busca el progreso. ¡Tócate los pies!

La moraleja de todo este asunto es que en España será posible contemplar, a lo largo de la legislatura y como consecuencia de la desidia zapaterina, dos grandes cacicatos a cual más repelente en los que se practicarán toda suerte de políticas inicuas: el cacicato de Chaves en Andalucía y el de Montilla en Cataluña, quienes por distintos métodos despóticos y siempre azuzando a sus mesnadas de parlamentarios en Madrid fijarán la política del conjunto de los españoles. Uno, a chupar todo lo que pueda del resto de los españoles; el otro, a emparejarse con los que no pagan nada, siendo de los más ricos, sino que encima cobran gracias a unos conciertos económicos que claman al Cielo y suponen la mayor injusticia de la España contemporánea.

Autor: Policronio
Publicado el 25 de marzo de 2008

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