Embalse del Moro (Murcia), proyectado en 1930 e inaugurado en 1991, con reformas posteriores. En algunas regiones, "las obras de Palacio van despacio", lo mismo que les ocurre a las desalinizadoras. |
Zapatero les pidió a los nacional-socialistas catalanes que ocultasen el trasvase del Segre hasta después de las elecciones. De haberse conocido a tiempo una noticia como esa, o sea, antes de las generales, es posible que a los del PSC (la “C” en negrita) aún les hubieran caído otros dos o tres diputados extras como premio, y además a costa de CiU, una coalición que en su momento secundó el PHN, si bien a regañadientes, pero que en los últimos tiempos ha hecho bandera de la consigna “Cero trasvases” al sospechar que esa actitud daría votos como en la vecina Aragón.
Ayer mismo, su portavoz de Medio ambiente, un tal Espadaler, declaraba lo siguiente: “El trasvase del Segre es un atentado ecológico”. Eso sí, los de CiU llevan años reclamando un trasvase para Cataluña desde el río Ródano, asunto en el que igualmente se reafirmaron ayer. Cualquiera diría que un atentado ecológico en Francia es menos atentado. ¿No, señores de CiU?
En todo este tema no hay que olvidar que el ciudadano catalán es muy suyo, y bien que hace, y si el gobierno del Tripartito le hubiese echado narices al me pido “una de agua”, en lugar de callarse como un muerto por razones electorales ajenas —a saber cómo acabarán entre el PSC y el PSOE, porque el PSC necesita ser cada día más nacionalista y menos socialista—, el proyecto hubiese estado bien visto por los habitantes de Barcelona y su cinturón de ciudades, que es por donde pasará el nuevo cauce del Segre, y Montilla habría obtenido su recompensa adicional en las urnas. Que es justo lo contrario que le hubiese pasado a Zapatero en algunas comunidades donde ha ganado, por ejemplo la citada comunidad de Aragón, región que seguirá votando socialista mientras en Deltebre se vaya toda el agua hacia el mar. Ya ni me molesto en hablar del posible resultado de Zapatero en otras regiones, por ejemplo Murcia o Valencia, donde el ridículo que han hecho los socialistas en estas elecciones podía haberse transformado en tragedia de saberse que trasvases sí para unos y no para otros. Vamos, que ni la Mari Tere hubiese sacado su escaño.
La inmoralidad política de los nacionalistas, decidiendo a favor o en contra sobre un mismo asunto según convenga a sus intereses, además de su tradicional codicia y falta de solidaridad y espíritu democrático, es algo que doy por supuesto; la de los nacional-socialistas de todos los partidos regionales, la doy como muy probable; pero la del Régimen zapaterino es algo que se significa a diario, sin pausa alguna. Para los del Régimen, primero alcanzar el poder o consolidarlo, no importa por qué métodos, y luego ya veremos qué se improvisa de acuerdo con los compromisos ocultos. Sencillamente repugnante.
Al respecto, no dejen de leer este minucioso aunque breve artículo de Juan Guillamón en ABC. Les anticipo aquí el primer párrafo: “Un cúmulo de mentiras, medias verdades y manipulaciones sin cuento se utilizó para desterrar de la plural España el trasvase del Ebro. Al punto de producirse tal derogación (junio, 2004) estaban concluidos los proyectos constructivos de la mayor parte de los tramos, incluso de aquéllos con plazos de redacción más largos (túneles). El resto tenía el grado de ejecución necesario para concursar las obras en los plazos prefijados, y estaba licitada la adjudicación de tuberías para el trazado por un importe de 1.500 millones de euros. Además, había obras iniciadas en Vinaroz, Fuente la Higuera, Archena y Huércal-Overa”.
Autor: Policronio
Publicado el 2 de abril de 2008
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