El ex juez Gómez Liaño y su esposa, la abogada Márquez de Prado. |
Si quieren que les diga la verdad, mi confianza en que la justicia fuera justa andaba por el nivel de cualquier pantano murciano en los sueños de un separatista catalán impenitente cualquiera: bajo cero. Hasta hoy, que, con la sentencia dictada por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en el caso Liaño versus Reino de España, ha alcanzado el nivel de la rasante. Claro, que cualquier día de estos nos sale un togado con puñetas a darnos un nuevo disgusto del siglo, con la brillantez que les caracteriza, por otra parte. Lo que digo, los jueces son como los hijos: una alegría y diez disgustos, y si te sale piji-progre, indulgencias plenarias.
Lo recuerdo como si fuera ayer, y ya han pasado unos cuantos años, las lindezas que desde el entonces diario independiente de la mañana, amarillo por la tarde y etílico de noche, le dedicaban al para mí siempre Juez Liaño y de paso a su mujer, Doña María de los Dolores Márquez de Prado, azote de etarras, una bravísima fiscal de la que se podían sacar dos mil “valeyas”, otros mil “Zaragozas” y otros tantos “Candidines”.
Ahora bien, no vayan a pensar que sólo desde PRISA se le dio lo suyo a nuestra fiscal. Me supongo que al Señor Aznar, todavía le debe dar vergüenza acordarse del apaño, cese de Úrculo de por medio, trajinado a su propósito.
El caso es que hoy me alegro por los dos. Y también de saber que a Bacigalupo le han dado el disgusto padre, si es que le queda vergüenza torera, a la bendita hora de su jubilación. Bendita para nosotros, claro, aunque a medias, porque el sujeto ha pedido que se le reconozca la situación de emérito y el Consejo General del Poder Judicial, en un nueva faena pastelera, pues que ha dicho que sí. No obstante, que se fastidie.
Por otra parte, como la alegría no puede ser completa, el TEDH ha condenado al Reino de España a indemnizar al Juez Liaño con el pago de cinco mil euros, que habremos de pagar entre todos, a prorrata. Creo que es la primera vez que me alegro de que me atraque el estado para atender a sus obligaciones. Claro, que a lo mejor Bacigalupo, en un arranque de chulería pampera, nos sorprende y los pone él. Sería la primera vez que un sociata, beneficiado por la fortuna, y nunca mejor dicho, hiciera lo que debe.
Enhorabuena Señoría.
Autor: Carlos J. Muñoz
Publicado el 23 de julio de 2008
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