Liberalismo y descentralización

Como no es mi costumbre tirar la piedra y esconder la mano a la hora de escribir, ni que yo sepa de ninguno de los titulares de Batiburrillo, me permito en esta entrada, como no podía ser de otra forma, lanzar la piedra y enseñarla respecto de cierto artículo publicado ayer por José García Palacios en su bitácora. 

De modo que siguiendo mi costumbre no me voy a perder en plomizas y laberínticas disquisiciones teóricas. Simplemente voy a dar cuenta de lo que nos cuesta la extraordinaria y agobiante descentralización que ha sufrido en los últimos tiempos nuestra Nación, y que parece ser es la panacea de la organización administrativa del Estado, según los jóvenes liberales pata negra. Sí, los mismos que no nos dejan hablar de Franco, ni aunque sea para bajarlo del caballo. 

Aldea, Ayuntamiento, Mancomunidad, Diputación Provincial, Comunidad Autónoma y Estado. Este es el conjunto de Administraciones Públicas que soporta y paga cualquier ciudadano con residencia en la Aldea de Peralbillo, adscrita al carnavalero municipio de Miguelturra, sito en el Área Metropolitana de Ciudad-Real. Esto último con un poco de cachondeo y que no falte, que para ratos de vergüenza ajena tenemos ya a Soraya en la recámara.

Estructura administrativa que soporta y paga el sufrido ciudadano con residencia en la Aldea de Peralbillo:

 

Aldea.- Alcalde Pedáneo y, como mínimo, un administrativo y un Auxiliar. Aparte medios materiales. Esa, la estable, no digamos nada cuando les da por organizar talleres de cooperación internacional, que los organizan. La repera. Para más información aquí. 

 

Ayuntamiento.- Alcalde y dieciséis concejales, con sus gabinetes. Secretaría –intervención, jefaturas de servicio, de sección, negociados, auxiliares, ordenanzas, operarios, policía local, etc., etc., etc.

 

Mancomunidad Campo de Calatrava.- Con los siguientes servicios y su correspondiente estructura administrativa: OMIC (Oficina Móvil de Información al Consumidor), Programa Mantenimiento Caminos Rurales, Medioambiente, Juventud, Agencia de Empleo y Desarrollo, Tratamiento Aéreo del Olivar y Programas Anteriores: Programa Apoyo Archivos.

 

Diputación Provincial de Ciudad-Real.- Presidente y veintiséis Diputados y con las siguientes áreas de actuación: Recaudación provincial, Asesoramiento municipal, Archivos municipales, Pabellón de Ferias, Archivo general, Imprenta Provincial, Infraestructuras – EIEL, Aguas - Medio ambiente, Servicios Sociales, Servicios Sanitarios, Palacio Valdeparaiso y Escuela infantil. Con su correspondiente estructura administrativa, que no es pequeña.

 

Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha.- Presidente, su gabinete, etc. y catorce consejerías. Con sus respectivas Secretarías Generales, Direcciones Generales, Jefaturas de Servicio, etc.

 

Su Sindicatura de Cuentas, su Consejo Consultivo, su Instituto de Finanzas, Servicio de Empleo, de Salud, empresas públicas de todo orden, institutos varios, y todos, absolutamente todos, con sus correspondientes estructuras administrativas. Y como perla su conglomerado de radio y televisión y sus distintos órganos de expresión escrita. Prensa y propaganda, vamos.

 

Y su Parlamento con 47 diputados, comisiones, etc. y sus correspondientes estructuras administrativas.

 

Estado.- Como es de público conocimiento, me voy a permitir no entrar en la maraña administrativa estatal con competencias en la provincia de Ciudad-Real.

 

Y a todo ello, habremos de sumarle la Unión Europea, de vital importancia para la provincia, por corresponderle el reparto de los fondos agrícolas.

 

Y bien, esa es la estructura político-administrativa, bien descentralizada, por otra parte, y muy liberal, según los jóvenes liberales pata negra, que soporta y paga el honrado ciudadano de Peralbillo.

 

A la vista de la situación, me parece una majadería perder un minuto de tiempo en discutir si es más liberal o no la descentralización que la centralización, cuando lo importante es plantearse cómo los individuos asumen el máximo poder de decisión en los asuntos que le competen. 

Autor: Carlos J. Muñoz

Publicado el 1 de abril de 2008