domingo, 26 de agosto de 2018

Ibarretxe hace caso omiso del TC

Algo más que un buen tirón de orejas merecen algunos políticos que se comportan tan caprichosos como niños, incluyendo la pataleta correspondiente y las amenazas pueriles.

Y digo yo, ¿no va siendo hora de que a Ibarretxe alguien lo ponga en su sitio? Y de paso  a su consejero de Justicia, el aún más radical y repulsivo Azkarraga, que es el sujeto que nos anuncia una respuesta contundente a la suspensión del referéndum, algo que en sí mismo suena claramente a amenaza etarra, lo cual no es de extrañar puesto que la ETA es el brazo armado del PNV-EA.

 Sí, suena a amenaza por más que luego aclare el energúmeno que se trata de “una simbiosis entre la respuesta política y jurídica”, lo que aún le añade mayor intimidación si tenemos en cuenta la definición que en su día hizo el jefe de los peneuvistas guipuzcoanos, Joseba Egibar, acerca de que la ETA es “una organización política que hace uso de las técnicas modernas de lucha de minorías contra mayorías, que son técnicas terroristas”. ¡Pasmoso! Luego de ahí, de la definición de Egibar, podemos intuir a dónde puede llegar a parar el ultimátum bravucón de Azkarraga. Repito la pregunta, ¿hay alguien ahí capaz de enfrentarse a estos matones?


Eso sí, cuando hablo de alguien dispuesto a plantarles cara a unos delincuentes, los cuales no cuentan con otro mérito que el de haber asaltado el poder en las Vascongadas, enquistándose en ese poder durante tres décadas y corrompiendo por completo a toda la sociedad vasca, es evidente que no me refiero necesariamente a Zapatero, puesto que en este asunto comenzó por despenalizar la convocatoria ilegal de referéndums que el Partido Popular —al vérselas venir— había legislado. Y es que hay que ser torpe con avaricia para desarmar al Gobierno de España, cuando de verdad lo es, de una herramienta tan práctica como suponía la opción de meter en el talego —a la tercera señal— al primer secesionista con ínfulas que aspirara a emprender el vuelo por su cuenta y al margen de toda legitimidad, que es el caso obvio de Ibarretxe.

Un Ibarretxe que trata de justificar su nueva fechoría y para ello alega que es una medida democrática aprobada por el Parlamento vasco, como si el Parlamento español, que en su día le atribuyó al Estado la competencia exclusiva sobre la convocatoria de referéndums, artículo 149.32 de la Constitución española, no fuese democrático y además de superior rango a esos cuatro amigachos separatistas que, en ausencia total de democracia, acceden una y otra vez al poder y desde él conspiran contra el Estado.

Por lo tanto es evidente que los delincuentes que gobiernan en el País Vasco —sin duda deben ser catalogados como tales puesto que a menudo hacen caso omiso de las leyes— van de mal en peor y ahora, como coartada para perseverar en la ilegalidad, usan una auto concedida voluntad de decidir de los vascos, como si el conjunto de los españoles —vascos incluidos— no poseyera voluntad alguna para decidir o, lo que es aún más preciso, no hubiera decidido nunca sobre la normativa política de las regiones de España, que no otra cosa son, por mucho que les joda a estos malnacidos, las Provincias Vascongadas. Así, pues, repito por tercera vez: ¿Quién se ve capaz de parar la ignominia, la opresión y la violencia que abruma a los españoles vascos? 

Autor: Policronio
Publicado el 20 de julio de 2008

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios moderados.