lunes, 27 de agosto de 2018

El consuelo del pardillo Rajoy

Algunos políticos centroides y acomplejados parecen predispuestos a tropezar ene veces en la misma piedra.

Dice el jefe de los populares: “Yo convoqué la concentración contra De Juana y me llamaron fascista; hoy el Gobierno rectifica y le apoyaré”. ¿Rectifica? ¿No sería cuestión de preguntarle a Erkoreka? Más que nada porque el portavoz parlamentario del PNV en el Congreso, tras su visita a la Moncloa, ha afirmado que “Zapatero no descarta el final dialogado con ETA”. Y añadió el portavoz nacionalista que: "el jefe del Ejecutivo le  aclaró que en su pacto con Rajoy 'no hay ningún pronunciamiento explícito que descarte de manera expresa la idea del fin dialogado' de ETA, una vez que la banda abandone las armas".


No sé yo si ese abandono de las armas podría certificarlo ya, a equis años vista, el tramposo Rubalcaba, al fin y al cabo es el máximo especialista en la cuestión. Porque lo del infame De Juana, con ser un asunto que de principio a fin clama al Cielo, no es el problema de fondo. Los bandazos que va dando el adolescente ZP respecto a los etarras, siempre en función de los intereses electorales zapaterinos, suponen el verdadero y gran problema del terrorismo. Claro que si Rajoy se siente feliz de que Pepiño ya no le llame facha.

Pues que sepas, candoroso Rajoy, que el “exquisito” Pepiño Blanco te ha obsequiado a ti y a todos los populares con un par de piropos de los que tanto os gustan: “Blanco llama ‘retrógrado’ y ‘arcaico’ al PP por oponerse a las propuestas del PSOE”. Y además lo ha hecho como aquel que dice hoy mismo: 12-7-08. Te lo recuerdo más que nada para que te vayas contento de vacaciones, una vez superado el síndrome de facha y agrandando tu deseo de apoyar al adolescente.

¡Ay, Mariano, nunca vas a aprender! Tu condición de pardillo acomplejado, además de proverbial, da la sensación de que sea crónica. Me pregunto cuándo vas a descubrir que es todo un orgullo ser llamado facha por esa caterva de inmorales que ahora manda, un orgullo y casi una razón para la vanagloria. De hecho, cualquier demócrata no es nadie si previamente no ha sido llamado facha, a poder ser en reiteradas ocasiones y con la alevosía propia de los que, ¡fíjate bien!, van a las claras presumiendo de rojos, lo cual es algo así como presumir de piojosos. 

Ser llamado facha por gente de esta catadura es como concederle a uno la medalla de oro al mérito democrático.

Autor: Policronio
Publicado el 3 de agosto de 2008

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