Pues resulta que José Luis Carod se molestó anoche en el programa Tengo una pregunta para usted de TVE, y todo porque algunos invitados al programa le llamaban José Luis. Todo un síntoma del fundamentalismo nacionalista, patrocinado como en pocos otros sitios por el zapaterismo, tal y como pudimos comprobar anoche por la televisión del indigente intelectual.
La respuesta de Carod fue altamente significativa: "Yo me llamo Josep Lluís aquí y en la China popular". Primero, por tomar como modelo a China, país que indudablemente debe tener en mente más frecuentemente de lo deseable. De un extremista de izquierdas, ¿se podía esperar otra cosa? Y segundo, porque, efectivamente, él se llama Josep Lluis, lo cual no quiere decir que los demás no podamos llamarle de otra manera. Y a eso vamos...
Yo voy a Londres, aunque Londres se llame London en Londres o en Sebastopol. Y visito Gerona, aunque los nacionalistas estén encantados con llamar a esa ciudad Girona. Y el Príncipe Carlos de Inglaterra creo que no tendrá ninguna objeción en que en España le llamemos así, Carlos, en vez de Charles. Y a Vladimir Lenin, ese asesino de primer orden seguramente venerado por José Luis, yo le llamo Vladimir y no Владимир.
Cómo se nota cuando los políticos pierden el norte, se pican y no soportan escuchar al pueblo liso y llano. Allá ellos y su petulancia barata.
Autor: Smith
Publicado el 17 de octubre de 2007
La respuesta de Carod fue altamente significativa: "Yo me llamo Josep Lluís aquí y en la China popular". Primero, por tomar como modelo a China, país que indudablemente debe tener en mente más frecuentemente de lo deseable. De un extremista de izquierdas, ¿se podía esperar otra cosa? Y segundo, porque, efectivamente, él se llama Josep Lluis, lo cual no quiere decir que los demás no podamos llamarle de otra manera. Y a eso vamos...
Yo voy a Londres, aunque Londres se llame London en Londres o en Sebastopol. Y visito Gerona, aunque los nacionalistas estén encantados con llamar a esa ciudad Girona. Y el Príncipe Carlos de Inglaterra creo que no tendrá ninguna objeción en que en España le llamemos así, Carlos, en vez de Charles. Y a Vladimir Lenin, ese asesino de primer orden seguramente venerado por José Luis, yo le llamo Vladimir y no Владимир.
Cómo se nota cuando los políticos pierden el norte, se pican y no soportan escuchar al pueblo liso y llano. Allá ellos y su petulancia barata.
Autor: Smith
Publicado el 17 de octubre de 2007
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