miércoles, 18 de julio de 2018

Al miliciano desconocido

A saber dónde llevaban los milicianos a las monjitas.

Con mucho gusto publicamos hoy, 28 de octubre de 2007, fecha en la que se beatificará a un puñado de mártires españoles asesinados por los antecesores ideológicos de la izquierda serena, uno de los artículos de nuestro colaborador habitual, D. Rogelio Latorre Silva. El señor Latorre utiliza en esta ocasión la ironía —eficaz método para no caer en la amargura— y convierte a las monjitas en agentes del faccio y a los milicianos en hermanos del hombre.


Al Miliciano Desconocido

La foto que acompaña a este artículo, enviada por el señor Tharsessos, contertulio de Batiburrillo, llega en un momento oportuno, pues permite desbaratar la turbia maniobra orquestada por el Vaticano —al decir de cierta izquierda en España—, maniobra que culminará el próximo día 28 de octubre con la “Beatificación de los Mártires de la Guerra Civil Española”. ¡A que extremos llega la desfachatez! Afortunadamente, la verdad siempre sale a flote y esta foto es una de las que rechaza los infundios que dieron base a la calumnia de la “Persecución religiosa en España”. 

Una simple ojeada a ella es concluyente: vemos, en amigable paseo, a dos agentes femeninos del fascismo y a seis milicianos socialistas. Las caras de éstos irradian dulzura, amor al prójimo, sea quien sea, amigo o enemigo (El hombre del hombre es hermano). El miliciano situado en el extremo derecho, de gallarda apostura, muestra con su gorro cuartelero la aversión hacía el Ejército y sus símbolos. ¡Heraldos de Paz! En contraste, taimados son los rostros de las dos facciosas. Sus uniformes, provocadores, ejemplifican la tolerancia de los milicianos de la II República Española, al no rechazarlos. Es evidente el abismo que separa a unos de otros. 

Tenemos información de que, pocos momentos después de obtenida esta foto, las facciosas en ella reflejadas, con evidente superioridad numérica y de medios, bien pertrechadas (adviertan las armas que empuñan), sin previo aviso se lanzaron a traición contra nuestros milicianos, que repelieron lo agresión con valor épico. Larga y cruenta fue la lucha, pero lograron aniquilar a las representantes de la barbarie y del oscurantismo. Sin que ellos sufrieran ninguna baja. No sabemos el nombre de los héroes reflejados en la foto. Ni el de los que, en forma similar, arriesgaron sus vidas y empeñaron su esfuerzo por la Humanidad, en la zona leal al legítimo gobierno de la II República. Fueron tantos, tantísimos, que es imposible tener conocimiento de todos. De la foto objeto de este artículo, podemos obtener un paliativo a esta injusticia:  

Hemos observado que desde fechas relativamente próximas, sobre todos en las grandes ciudades, están siendo substituidos los nombres de calles dedicadas a personas nefastas por otros que se corresponde con benefactores de la Humanidad. Ahora tenemos: “Calle de Largo Caballero”, además de una estatua, homenaje al gran caudillo de la gesta del 6 de octubre de 1934. También “Calle de Don Manuel Azaña”, sublime literato, genial político, creador de la magistral frase: “Ni heridos ni prisioneros. Tiros a la barriga”, norma de conducta fielmente acatada por sus seguidores; primero, en la aldea de Casas Viejas (Cádiz); luego, durante la guerra, en la zona que permaneció leal al legítimo gobierno de la República. No he encontrado la “Calle de Santiago Carrillo” como, tampoco, aunque repetidas veces lo he visto citado, la existencia oficial del “Ducado de Paracuellos del Jarama”, legítimamente ganado. Confiemos que pronto será reparada esta injusticia. Otros muchos son los próceres de una trayectoria similar que tienen reconocido su mérito en el callejero. 

Pero la “Ley de Memoria Histórica” requiere más: de todos los héroes de la II República, debe perdurar su recuerdo. Esta foto, que colma mi orgullo de hombre y de español, es la solución. Del mismo modo que existen monumentos “Al Soldado Desconocido”, que sin duda murieron por sus bastardos intereses, propongo que se eleve en todas y cada una de las poblaciones de España un monumento “Al Miliciano Desconocido” y en ellos figure, en esmalte, orlada en oro y plata, la fotografía que acompaña a este artículo.

Nota de los editores: Santiago Carrillo Solares tiene dedicada una  calle con su nombre en la localidad de Gijón (Asturias). El código postal es el 33211, como puede comprobarse en la Web de Correos. Extrañamente, ni Google Maps ni el callejero del Ayuntamiento de Gijón ofrecen a día de hoy la localización de dicha calle. 

Presentación: Policronio
Autor: Rogelio Latorre Silva
Publicado el 28 de octubre de 2007

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