“Soy del CNI, aparque a la izquierda”, suelta el funcionario que ha descendido de la caza del terrorista a la tuberías de la CNMV. Porque las OPAs son como las invasiones gota a gota, que colman vasos y paciencias, saltan fronteras y pintan logos de colores. Siempre se dijo que la invasión mora del siglo VIII no consistió en millares de braceros de piel morena nadando rumbo a Tarifa de forma solidaria, pero que cuando se vinieron a dar cuenta los visigodos, estaban vendiendo babuchas al por mayor. Los pasteles están para ser comidos, la puertas de Europa para ser cruzadas de forma ilegal y las empresas eléctricas para mocear atendiendo a criterios de amor por cuenta corriente.
Cuando uno toca tierra, puede descubrir nuevos continentes, o ser recibido por la Señora Ofelia. En ese caso la república del latrocinio, que no conoce a Adam Smith ni pariente lejano, se meterá a hacer deberes en dos tardes para ofrecer la prevaricación al mejor postor. Para eso la 13 Rúe del Percebe cuenta con ratones que comen galletas en catalán, socios de civilización estratégicos, la TÍA que con inteligencia lava trapos y sobre todo el director Rodríguez que coordina las fuerzas vivas. Naciones de naciones, campeones nacionales o discutir lo que siempre fue discutido y discutible. Es la vida de color de rosa, un Ibáñez a la leonesa con Blanco de Breogán y Mortaledo con aceitunas sin hueso.
Un hombre atraviesa la vecindad, y todos señalan con el dedo, puede transportar el acelerador de partículas o directamente vigilar para que la marcha imperial no suene de nuevo. La TÍA no descansa mientras atraviesan el estrecho manadas de hombres pintados, incluso se rumorea que Aníbal pasará esta noche los Pirineos con elefantes fletados por E-ÓN de las Galias. Bajar la guardia siempre será un error. La república coronada garantiza su seguridad.
Autor: Gonzalo J. Moreno (Firmas invitadas)
Publicado el 14 de junio de 2007
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios moderados.