Obsesiones nacionalistas: territorialidad y cultura

De vivir a principios de la década de los 40 del siglo XX, el expansionismo nacionalista (Euskal Herria y Els Països Catalans) no andaría muy lejos de posicionarse junto al grupo de los tiranos.

Territorialidad y cultura constituyen dos conceptos manipulados por los nacionalistas de ayer y de hoy, incapaces de superar sus obsesiones identitarias, con las cuales ahogan el dinamismo de la propia sociedad. Los nacionalistas siguen sin cejar en su empeño por "nacionalistizar" todo el "territorio" controlado por sus mecanismos totalitarios. Carod Rovira acaba de destacar que "les Terres de l'Ebre" han tenido un papel destacado en la historia de Cataluña y ha situado al alza "el valor de la territorialidad y la cultura" de estas comarcas. Curiosamente los nacionalistas vascos sienten la misma emoción que Roviretxe por el río Ebro y aledaños. Por cierto, que el río Ebro es considerado como el río que da nombre a Iberia, España. Qué cosas...

Esto de la territorialidad no deja de ser una coincidencia más entre Roviretxe y la banda ETA. ETA dice que la "territorialidad" es una de las dos claves del "proceso" de paz (?). Para Roviretxe, la "territorialidad" es uno de los dos valores en alza de "les Terres de l'Ebre". La pregunta surge: ¿qué más pretende hacer toda esta colección de sabinianos de nuevo cuño para "territorializar" aún más Navarra, el Ebro o el Rosellón? ¿Encerrar toda su Euskal-Herria o sus Països en una "muralla china" con mossos y ertzainas apostados en las puertas de entrada a los respectivos "territorios"?

De la cultura, qué les vamos a contar. Fíjense en estas declaraciones del coaligado del sociata catalán (y primo hermano de la Esquerra) Jordi Hereu, que acaba de decir que si Barcelona se queda sin toros será una decisión privada empresarial, pues “al Ayuntamiento de Barcelona no le incumbe el futuro de los toros en Cataluña. Se acabarán las corridas si su propietario decide que así sea”. Muy bien, muy bien. Como liberales, aceptamos el argumento a fines dialécticos, pero ipso facto, que no se destine ni medio euro a la cultura catalana (idioma, costumbres, bailes, orfebrería, fiestas...). Porque claro, que este sociata se las dé de liberal para lo que le interesa, pues como que no, ¿verdad?

Autor: Smith

Publicado el 17 de diciembre de 2006