Cómo se porta los viernes Mari Tere -más conocida como La Voge-. Saca el traje, pone media percha y el resto lo hace el guión tétrico que sale del Consejo de Ministros. Ya que Sonsoles es pies planos y de ahí se libra, le podrían poner a De la Vega, la Niña de la Moncloa o la Gitanilla del Consejo, porque hay que ver cómo suelta duende durante la rueda de prensa semanal. Y es que por muchas buenas manos que bendijera Benedicto XVI, aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Y que no se equivoque la Vicepresidenta, que el negro carbón lo lleva el timonel del barco que la hace zozobrar a cada pregunta de la canallesca, pero ella no se descuida en echarle una mijita de sal, si a tiro se pone.
Resulta que la derecha se despereza, no mucho para que no la acusen, pero vamos entrando en la senda de don Manuel Fraga, que se apropió de la calle. Todavía no se ha atrevido a sacar a los suyos fuera, pero cuando ha previsto tajada ya han arrimado la sardina, sea del ascua de los obispos, sea de la AVT o del lucero del alba. Pero una cosa son los querubines en tiempo de paz, y otra es negociar con sangre brillante de las razas ubérrimas, y con la T4 abierta en canal.
A diferencia de las manifestaciones que gustaba el entonces gris diputado por León, Rodríguez, hoy sale a la calle otra vez la España digna. Y no para hundir otro Prestige a costa del Gobierno, o despelotarse en clave multicolor por Chueca; salen las víctimas del terrorismo y los ciudadanos de bien a defender la dignidad de España. Como ya le han movido el asfalto al Gobierno unas cuantas veces en lo que va de legislatura, esta vez se ha atrevido a enseñar la patita porque la infamia tiene un límite hasta para los socialistas. Aunque para hacerla negra a medias, es mejor hacerla negra del todo. Porque el apoyo de Mari Tere a los españolitos de "buena voluntad" suena a jota del desconcierto o a Pilatos con la cubeta ¿qué le habrá dicho Rodríguez para que salga con esas? Probablemente nada, quiero decir todo.
En cualquier caso, es la ley del progre que pisa alfombra y se olvida hasta de coger el megáfono, como quedó patente en las desastrosas cifras de asistencia de la última procesión descabezada que convocó el Gobierno ¿contra? ETA. Por suerte, ni el Gobierno apoya hoy a los españoles que saldrán con banderas rojigualdas, ni ellos les devolverán gentilmente la sonrisa. Total para lo que vale, mejor sonríe tú, María, que ya viene el cortejo.
Autor: Jorge Juan (Firmas invitadas)
Publicado el 3 de febrero de 2007
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