miércoles, 9 de mayo de 2018

Lucifer Uriarte

Obispo Juan María Uriarte.

A tres semanas del brutal atentado cometido por los terroristas vascos en la T-4 de Barajas (Madrid), la fauna progresista de todo pelaje (políticos, sindicalistas, "agentes sociales", periodistas, titiriteros, etc...) no ceja en su empeño de querer imponer la "paz" a toda costa. Pues bien, que con nosotros no cuenten para "vivir en (su) paz". No nos interesa; no la queremos. Estamos en guerra contra el terrorismo, que es quien se ha declarado en guerra contra España y sanseacabó. El que quiera vivir en "paz" (?), al estilo de Pilar Elías, que lo haga, pero ya lo hemos dicho: nosotros defendemos que el Estado plante cara como debe al terrorismo.


ETA es una organización terrorista, autodeclarada independentista y nacionalista vasca, de ideología marxista-leninista, que invoca la lucha armada como método para obtener sus execrables objetivos, que comparte con el PNV en todo lo concerniente al etnonacionalismo aranítico.

Es por eso por lo que las últimas palabras del obispo Uriarte, que se ha sumado al rebaño progre-pacifista, no han podido ser más desafortunadas, por no decir nefastas. Pero vamos, que esto de los disparates es norma de la "santa" casa. Fíjense en las barbaridades que acaba de vomitar el obispo nacionalista de San Sebastián, monseñor Juan María Uriarte, con motivo de las fiestas de la entrañable ciudad donostiarra. :

- La sociedad vasca está "desmoralizada" y con "falta de oxígeno" tras el atentado terrorista de Barajas. Qué pena... En Barajas creemos que están un pelín más jodidos. Esto del victimismo vascongado ya no cuela, ¿sabe?

- La sociedad (vasca) necesita "una esperanza renacida" y "puentes que unan y no frentes que desunan". Lo que necesita la sociedad vasca es un duro proceso de desnazificación. Y poco más.

- ...el carácter inhumano y anacrónico de la confrontación en la que todavía estamos atrapados... ¿inhumano? ¿anacrónico? ¿¿¿confrontación??? Váyase a paseo, Satanás.

- Monseñor Uriarte hizo una llamada para imponer la "esperanza de paz" sobre el "fatalismo", que por otra parte considera "explicable" tras un "trauma" de la "envergadura" del 30 de diciembre. No se trata de "fatalismos". Estamos hartos de esta situación. España vive en paz. No hay guerra. Hay terrorismo. La "esperanza de paz" es una ficción nacional-socialista argüida por nacionalistas y socialistas, pero nada más.

- "Este acontecimiento contrario a toda ética digna de este nombre", así como "todos los episodios precedentes y subsiguientes" al atentado han producido en la sociedad "algo más grave, más hondo, más vital que la indignación, la repulsa y el mismo sufrimiento". "acontecimiento", "episodios"... un poco más y le denomina "accidente" al atentado terrorista más brutal de la Historia de ETA. Hay que reconocer que el tipejo es un mago de la palabra. Mejora las mentiras zetaperiles.

- "La han desmoralizado. Esta es hoy nuestra herida sangrante. La moral de un pueblo es una reserva espiritual de primera necesidad, Muchos valores naufragan cuando se mina la moral". Este psicoanálisis social (desmoralización, espiritualidad...) nos parece sencillamente repugnante. Precisamente millones de españoles se han reafirmado en sus convicciones patrióticas y democráticas, en la fe (para que nos entienda monseñor) de que este acto terrorífico es repudiable al máximo, entre otras cosas por la complicidad de socialistas y nacionalistas.

- Uriarte advirtió de que el "fatalismo" es "explicable" tras el último crimen de ETA, pero "menos razonable y mucho menos saludable que la esperanza de una paz próxima". "La decepción escéptica es una tentación comprensible, pero perniciosa", insistió. Observen la "caridad" del obispo. El muerto al hoyo y el vivo al bollo. Aquí lo que importa es la "paz". Quienes critican al Gobierno, muchos de los cuales son correligionarios de Uriarte, son unos "fatalistas". Unos chafaplanes. Sólo le ha faltado llamarles gafes. A Uriarte no le interesan ya las víctimas. Suponemos (en serio) que en su día rezó por ellas y ahora sólo le interesan las dos mesas. La del PNV y la de ETA. Está en eso, no se engañen.

- "Hemos de decirnos a nosotros mismos, sin caer en voluntarismos escasamente lúcidos, que la paz es posible". Y dale con la "paz". Que lo que hay es Estado de Derecho. ¿Qué "guerra" es esta? ¿La de Euzkadi contra España?

- Nuestra creciente sensibilidad ética contra las muertes violentas... "Creciente", ahí lo ha dicho... Décadas y décadas de insensibilidad y ahora, porque habláis un poco de ellas para lo que os conviene, pues sí... ha "crecido" vuestra "sensibilidad". Habéis pasado del cero patatero al cero y medio. Las "muertes violentas" a las que se refiere Uriarte son las víctimas del terrorismo. Nótese cómo se le ha pegado a Uriarte el lenguaje de Arnaldo.

- Los requerimientos y exigencias de una Europa cada vez más unitaria... España ni existe para este descerebrado. Normal, es tan nacionalista como los terroristas.

- ... El clamor apasionado de nuestro pueblo por la paz y el entendimiento. Retumban las calles del País Vasco pidiendo "paz" y "entendimiento". O sea, rendición y mesitas para el cambalache.

- Animo a la comunidad cristiana a optar por una implicación efectiva que sepa alumbrar o secundar iniciativas pacificadoras y crear puentes que unan, no frentes que desunan. "iniciativas pacificadoras". Vamos, ni que estuviéramos en tiempos del Imperio Romano. "Puentes que unan". Ya, y si puede colgarse del puente a los patriotas españoles, mejor. Ya nos conocemos ese tipo de "puentes".

- Exigir que callen para siempre los artefactos e instrumentos que siembran destrucción y muerte, y resurja, en el momento oportuno y con las debidas garantías, la palabra responsable, humilde y sincera que sane heridas, regenere relaciones, acerque posiciones y abra el camino hacia la paz". Qué perversión tan satánica del lenguaje. Mire señor obispo: rece por que ETA se disuelva y eso es todo.

Una cosa nos ha quedado clara de toda esta "homilía". Ni ETA, ni terrorismo, ni atentados, ni kale borroka... Nada de todo esto aparece en su abyecto discurso nacionalista. Y una de dos: o este señor (?) no vive en el País Vasco o sencillamente es un personaje satánico, luciferino. El sabrá a que "dios" adora. Desde luego a Jesucristo, que dejó bien claro que su Reino no era de este mundo, no.

Autor: Smith
Publicado el 20 de enero de 2007

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