Jesús Laínz o cómo divisar todo el valle

Jesús Laínz.

Nada como tener las ideas claras y contemplar todo el paisaje histórico-político de una nación, dos circunstancias que a cualquier estudioso de la actualidad le despejan un panorama que otros, refugiados en lo sombrío de eso que denominan "paz" cuando no es más que rendición, son incapaces de percibir. Uno de los intelectuales que no cesa de aportar ideas claras y datos bien hilvanados es Jesús Laínz, cuya monumental obra, "Adios España", va seguida de otra innegable aportación al conocimiento histórico, "La Nación falsificada". Y ambas, complementadas con abundantes artículos de excelente factura.

En un reciente trabajo de Jesús Laínz en El Semanal Digital, como prueba evidente de que nos hallamos ante un hombre capaz de contemplar todo el paisaje de esta triste España en manos del social-separatismo, nuestro admirado historiador y columnista desarrolla el concepto de lo que él denomina "indigenismo abertzale", que es la postura adoptada por algunos emigrantes sudamericanos llegados a nuestra tierra con un poso de rencor hacia la "madre patria" -a lo que parece, madrastra etnicida para ellos- y que en consecuencia deciden aliarse con el enemigo de su enemigo. Es decir, si en algo que llaman Euskal Herria se odia a España -por ejemplo-, yo me uno a ese odio y me "abertzalizo". 

Nos encontramos, pues, ante un nuevo efecto secundario, el "indigenismo abertzale", bien aprovechado por los especialistas de nuestro tiempo en la manipulación histórica: los separatistas,  cuya base doctrinaria acarrea una gran falsedad y una falta total de escrúpulos para difundirla. Falsedad que, además, es relativamente fácil de inculcar a no pocos emigrantes sudamericanos, digamos de la variedad indígena, dispuestos a confirmar ideas preconcebidas sin importarles la pureza de la fuente. Y es así porque ya en su tierra de origen se les contó una historia similar: La culpa de todos los males deriva de la conquista española. Lean el artículo de Jesús Laínz, vale la pena. Como vale la pena, y mucho, leer sus dos obras citadas.

Autor: Policronio
Publicado el 14 de febrero e 2007