lunes, 7 de mayo de 2018

Hay que ser optimistas


Como ha escrito Policronio, hay razones para el optimismo. Asistimos al principio del fin del zapaterismo, degeneración -aún más si cabe- del socialismo. Los números son fríos pero reveladores: la Delegación del Gobierno en Madrid cifró en 174.824 el número de asistentes en la capital, mientras que los técnicos de la Comunidad fijaron la asistencia en 210.000 personas, con una diferencia de apenas 35.000 manifestantes. Lo mismo da una cifra que otra, pero ha quedado bien claro una cosa: el apoyo de la ciudadanía a toda esta política decadente de diálogo con asesinos, bramen lo que bramen sindicalistas, polanquistas, titiriteros, y demás ralea, es la que es: justita, cortita, limitadita.


Hoy ha recibido un nuevo bofetón José Luis Rodríguez Zapatero. En su entrevista en El País, Zapatero rehuye hablar de los contactos con ETA, pero según Gara, representantes "o-fi-cia-les" del Ejecutivo español y de ETA han mantenido varias reuniones desde que la banda terrorista anunciara su alto el fuego permanente. El encuentro celebrado en la primera quincena de diciembre no fue el único, ni el primero, y estas reuniones fueron amparadas por gobiernos de diferentes países europeos, contando con la presencia de un conocido centro internacional en funciones de notaría.

Con todo, esto no es lo peor. Según se informa en el citado diario, "lo pactado recogía, además del reconocimiento de Euskal Herria, el compromiso del Gobierno español de respetar las decisiones de los ciudadanos vascos. Los acuerdos concernían al futuro de los ciudadanos de Araba, Gipuzkoa, Bizkaia y Nafarroa Garaia, y se establecía que los acuerdos políticos debían alcanzarse entre los partidos y agentes vascos". Es decir, que se garantizaba la territorialidad y la autodeterminación. Más o menos clara, más o menos camuflada, pero el reconocimiento de Euskal Herria significa el reconocimiento de la unidad de esa entidad política, con Navarra en manos de los vascos. Y las llamadas "decisiones de las vascos" no es otra cosa que la autodeterminación. Lo demás es retórica.

Hay razones pare el optimismo. El juego de Zapatero ha quedado totalmente desenmascarado por los propios terroristas vascos, y los españoles van a saber colocar a este sujeto en su sitio. Al tiempo.

Autor: Smith
Publicado el 15 de enero de 2007

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