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| He aquí una imagen que el "Memoriazo" nunca destacará: Se trata de un oficial hecho prisionero en el Cuartel de la Montaña, cuya guarnición se sublevó en 1936. El cuartel fue cañoneado y bombardeado desde el aire y los militares que no perecieron al entrar los rojos en el recinto, donde de inmediato se masacró a casi todos los oficiales y falangistas, al mes siguiente se les sometió a juicio sumarísimo y fueron ejecutados. En total hubo casi un millar de víctimas, como el oficial que aparece en la imagen, asesinado a las pocas horas. |
Hay
quien todavía continúa su imparable periplo guerracivilista sin que
se intuya cuál va a ser el final de toda esta historia degradante
que los sectarios de ayer y de hoy se han montado para seguir
horadando en el dolor y la memoria de los españoles. Un sujeto
impresentable que ejerce de asesor ideológico del nietísimo -o sea,
ZP- y
que lleva por nombre José
Andrés Torres Mora,
ha sido el encargado de defender la tramitación de la Ley de Memoria
Histórica, más conocida por el Memoriazo.
No
nos vamos a extender demasiado con Torres
Mora,
un fanático
del "republicanismo cívico",
conocido como "Nueva Vía",
que accedió
a la dirección
del PSOE en 2000 de la mano del "incivil republicano"
que dirige los destinos de España.
[Paréntesis:
Juan Carlos, ¿te enteras de qué
va esta historia?]. Este sectario guerracivilista es defensor del
socialismo libertario, expresión
bajo la cual Torres Mora reformuló los principios del PSOE a partir de una entusiasta lectura del
tétrico
irlandés
Philip Pettit, un
progre que no deja de soltar teorías
infantiloides acerca de las relaciones que debieran establecerse
entre la sociedad y el Estado: V.
gr.: “El
Estado debe exponer continuamente sus decisiones al debate ciudadano
y la sociedad civil debe basarse en las virtudes cívicas
y la confianza mutua”. De ahí
a la Alianza de Civilizaciones solo
hay un paso: Una
noche con Juan
y Medio y sus niños en
Canal
Sur.
Seguro que los chavales tienen ideas todavía
más
preciosas.
El
caso es que Zapatero no ha dado marcha atrás
en sus obsesivas reivindicaciones historicistas.
Poco o nada queda de la visión
de modernidad que solía
caracterizar a los progresistas decimonónicos.
Zapatero sigue anclado en la "memoria
histérica" y
solo
va a conseguir subir la tensión
de un buen número
de españoles
que se sienten ultrajados por tanta desvergüenza
y sectarismo. Poco o nada más,
al margen del "proceso"
de paz (?),
ha aportado este sujeto a la Historia de España.
Pero, no se olviden de un detalle, amigos: España
tiene el Presidente que se merece. Le votaron más
a él
que a los demás.
A ver si para ulteriores ocasiones aprendemos y nos leemos un poco
mejor el currículum
de
los candidatos.
Autor: Smith
Publicado el 16 de diciembre de 2006
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