Sede de las Naciones Unidas en Nueva York. |
Un nuevo triunfo internacional de Zapatero, ese líder mundial al que
se lo disputan con uñas y dientes todos los grandes países para que
los visite a menudo, y cuyas demandas han convertido la agenda del
mandamás socialista en un tomo de 800 páginas, repletas de
anotaciones en letra menuda que siempre comienzan por: “Estaríamos
encantados de recibirle…”. Lo que significa que a no tardar
deberá crear el Ministerio del 11888 y poner como ministro de la
agenda al tipo ese del pelucón que se chulea con un bastón en la
mano y circula con una moto que incorpora un sidecar a cada lado, que
no sería un mal sistema para que el talcualillo que tenemos como
“Presi” irrumpiera en los distintos aeropuertos extranjeros; eso
sí, a través de un portón diseñado en ese Airbus tan costoso que
ahora usa y que debería ser calificado de ruinoso a juzgar por los
resultados que obtiene. En efecto, sospecho que el sistema 11888 le
reportaría al menos la ventaja de que su presencia sería más
advertida —y divertida— y de paso no haría tanto el ridículo.
Para corroborar cuán cierto es el párrafo anterior, digamos que el
estadista ZP logró ayer, en la denominada “cumbre exprés” con
Buteflika, el mandatario argelino, un nuevo y extraordinario triunfo
de alta política internacional. Hasta tal punto fue así, que
incluso un diario tan centroide como ahora es el ABC, que sin duda
sospechaba la gesta, desplazó a un corresponsal especial para que
escribiese la crónica a pie de obra. La impresión de ese periodista
ha sido llevada a la primera página (digital) del diario y no se ha
dudado en titularla del siguiente modo: “Argelia abronca a Zapatero por su alianza con Rabat frente al Polisario”. ¿Puede ser un
político más incompetente y presumir de lo contrario? No, temo que
no. Me temo que hemos dado con la máxima demostración posible de
incapacidad reiterada. Y aquí no se habla de Argelia como de un
vecino cualquiera, sino de ese imprescindible suministrador de gas
natural que algún día lejano habrá de ser sustituido por una
veintena de plantas nucleares, sistema energético del que los
socialistas no quieren ni oír hablar porque se les desmandarían sus
tradicionales votantes “ecologetas”, con acento en la geta.
Lo bueno del caso, y lo nefasto para los intereses de los españoles,
es que este fulano que nos manda ahora, gobernar es algo muy
distinto, no para de salir rebotado de cualquier lugar donde vaya, ni
chafársele la guitarra con los dictadores que recibe, pongamos el
ecuatoriano Obiang Nguema. Sin ir más lejos, nuestro hombre se
presentó no hace mucho en Senegal y lo hizo con la intención de
firmar con el gobierno de ese país —previo pago de su importe en
ayudas españoles— un importante acuerdo sobre emigración. Pues
nada, al final no llegó a firmarlo y se volvió con el rabo entre
las piernas; eso sí, dio por válida la ayuda previamente prometida,
manifestó que quedaba muy impresionado de las necesidades
senegalesas, y por lo tanto aumentaría esas ayudas, y concluyó con
la promesa de acoger cada año en España, perfectamente
regularizados, a 4.000 senegaleses.
¿Qué clase de gobierno, de una nación de primera fila como es
España —eso sí, nación a extinguir— manda a su Jefe a firmar
un acuerdo que no esté consensuado hasta la última coma? Respuesta:
El de ZP, alias el malévolo y sin embargo pardillo. ¿Qué clase de
Ministerio de Exteriores no pide sólidas garantías al país en
cuestión, en este caso a Senegal, para que ese documento no sólo se
firme a la llegada del presidente español sino que se respete?
Respuesta: El ministerio de Moratinos, personaje más conocido en el
ámbito diplomático como el “avispado de los desatinos”. Y es
que entre ambos guías místicos del mundo mundial, ZP y Moratinos,
están cavando un pozo tan profundo en nuestras relaciones
internacionales que acabarán por despreciarnos en cualquier lugar
decente y no me extrañaría nada que acabásemos por ver, sobre todo
ahora que el corrupto Kofi Annan ya no dirige la ONU, cómo se le
dice algo así a la Delegación española: “Ustedes pueden
marcharse, total para lo que sirven”. Claro que siempre nos
quedarán los amigos de la era ZP: Esos tiranos de todo pelaje que
integran la “Alianza de Civilizaciones".
Autor: Policronio
Publicado el 13 de diciembre de 2006
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