Los reyes de España, Juan Carlos y Sofía, y el entonces príncipe de Asturias. |
Apenas unos día antes de la celebración del día nacional y de la correspondiente parada militar, el equipo de investigación de Batiburrillo está en disposición de adelantar la siguiente noticia: "el Rey está preocupado por la situación actual del país y así ha quedado de manifiesto en el desfile del día de la Hispanidad. Su semblante y el de la familia real no necesitaban interpretación. Un poema. En la posterior recepción en el palacio real, el monarca se mostró preocupado y así se lo manifestó a los implicados en los corrillos privados".
Y es que todos los años y, curiosamente en la misma fecha, la misma noticia, los mismos rumores, los mismos protagonistas. Y si no al tiempo...
En esta peligrosa jungla hispánica-federal en la que a cada paso se esconde ora un nazionalista, ora un republicano y en general múltiples reivindicadores de aquellos que en contra de la legalidad vigente de la época sentenciaron al abuelo del monarca, la supervivencia del otrora rey de la selva no es cuestión baladí.
Más preocupado por su supervivencia y la de su especie -y especialmente ahora que la manada aumenta y hay que asegurar el futuro de los nuevos cachorros- el papel real se ha visto reducido a una mera sumisión y ornamental discreción. En contrapartida y, para mantener las apariencias, un único día al año cual mañana del día de Reyes, los rufianes permiten al "rey-generalísimo" ejercer el "papelón" y jugar a los "soldaditos" en el salón de la casa.
No todo iban a ser ofensas, desplantes o desalojos veraniegos. Por un día y solo por un día hay que simular que tenemos Rey. Y así nos va...
Hechos y no gestos por favor.
Autor: Smith
Publicado el 11 de octubre de 2006
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