viernes, 6 de abril de 2018

Pepiño Blanco y su deseo de diezmar a los gallegos

José Blanco, Pepiño.

Los antiguos procónsules romanos usaban el método de diezmar a sus legionarios cuando habían cometido un acto de cobardía ante el enemigo. No se distinguía entre el combatiente valeroso frente al pusilánime, no se diferenciaba entre el guerrero enfermo o lisiado por un golpe de infortunio y el que, por mantenerse en condiciones adecuadas, debía darlo todo de sí. No, el valor de los legionarios no se medía de uno de uno, sino que eran alineados en masa, desordenadamente, y contando sucesivamente hasta diez separaban al hombre destinado al escarmiento.

Llevado a ciertos extremos, el castigo podía llegar a suponer la pena de muerte para uno de cada diez guerreros, de ahí lo de diezmar. Si bien lo normal es que se les azotase o se les condenara a otro correctivo menor. Se trataba de una acción destinada al mantenimiento de la disciplina férrea, método cuyo uso hoy le parecería monstruoso a la mayoría de ciudadanos. Y digo mayoría, puesto que siempre habrá quien desee fervientemente la aniquilación diezmada y arbitraria de sus antagonistas, no porque las tropas hayan actuado con cobardía (que ni siquiera hubo tropas), sino porque necesita que recaiga sobre otros la incapacidad y desidia de sí mismo y de sus conmilitones. 

Un personaje maloliente en lo moral y decididamente nazi-marxista en lo político, me refiero al exaltado y aspirante a sacamantecas de Pepiño Blanco, al fin ha salido de su madriguera, donde se hallaba agazapado mientras Galicia era devastada por las llamas, y lo primero que ha dicho ha sido: Estuve en permanente contacto para que hubiese muchos detenidos. Si relacionamos los dos primeros párrafos con las declaraciones de este indeseable, resulta meridianamente claro que, de haber podido, hubiese puesto en fila, desordenadamente, a todos los gallegos votantes del PP y los hubiera diezmado, probablemente para luego ser arrojados desde lo alto de las murallas romanas de Lugo, capital de su provincia natal. ¿Contacto permanente con quién, si tu cargo es político y debes limitarte al partido? ¿Muchos detenidos, como en el caso Bono? ¡Miserable!

Autor: Policronio
Publicado el 28 de agosto de 2006

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