Cuando uno cree que el gobierno socialista ha completado el cupo de enjuagues, falsedades y felonías que viene caracterizándole -ingenuo de mí-, se destapa un nuevo escandalazo que pone en evidencia el estilo de esta gente tan heterodoxa en lo político y lo moral, lo que les aleja hacia el infinito de cualquier galaxia donde se practique la democracia y la honradez. Los antecedentes que demuestran la nueva bajeza de esta tropa en el poder, un poder cuyos abundantes resortes aplican al exclusivo fin de permanecer en él, vienen precedidos por el robo de armas en Francia, a cargo de los criminales de ETA, seguido por el comentario de ZP, unos días más tarde, en el que aseguraba que tal acto delictivo "tendrá consecuencias en su momento".
Todo apunta a que el momento ha llegado y el ministro del Interior va sacando pecho a propósito de esos tres etarras detenidos en Quézac (Francia); eso sí, por la policía gala. "Lo ven, ya dijimos que habría consecuencias", es una frase chulesca que viene pronunciando desde entonces ese individuo maquiavélico de bolsillo que se dejó barba para compensar su frente tirada hacia atrás. Y digo de bolsillo, porque cada vez se le descubren antes sus mentiras y no hace declaración que no quede en evidencia en cuestión de horas. Claro que comparándole con el atolondrado Pepiño Blanco, que jamás en su vida ha exteriorizado un pensamiento decente, verdadero o sutil, el de Interior parece Aristóteles.
En efecto, no ha tardado mucho Rubalcaba en relacionar las famosas "consecuencias" con las detenciones -en Francia y por la policía de Sarcozy, que conste- de los devotos a coleccionar pistolas ajenas. Unos devotos si no en grado de perpetradores, al menos de claros inductores a la comisión del delito. De esa circunstancia tan a su favor y tan de cara a la galería, como es la de trincar a unos etarras -en realidad a ZP no le llega aún la camisa al cuerpo-, y de los altos vuelos propagandísticos que todo el aparato social-polanquista le estampará al asunto, es posible que la tropa en el poder viva de rédito durante una temporada. Se pronunciarán a menudo frases como "no hemos bajado la guardia ni un minuto", a las que seguirán esas miradas y silencios de complicidad, para subrayarlas, y que todo el mundo advierta lo buenos y lo eficaces que son a la hora de combatir al terrorismo.
Pero he aquí que de nuevo les ha salido el tiro por la culata a estos heterodoxos que ahora mandan. Resulta que El Confidencial Digital saca hoy en portada la cara oculta de las detenciones etarras y asegura que Interior no sólo se mantuvo al margen de las mismas sino que logró boicotearlas antes de que la operación se cerrase. Vamos, un nuevo chivatazo a sus partenaires del "Plan de Paz". Lo que supuso, como primera consecuencia enojosa, que otros dos terroristas vascos pudiesen huir y hayan dado buenas referencias del espíritu conciliador del bobo solemne, convirtiendo en risa floja para la Banda de asesinos la pomposa declaración de las consecuencias. Se trata, como puede deducirse, de compensar de algún modo las detenciones que se producen en Francia, a fin de que se siga con el Proceso o, en el peor de los casos, se pacte una ruptura del mismo en espera de las elecciones generales. Concluidas las cuales, todo volverá a las andadas y a esa hoja de ruta inamovible de los terroristas, según la cual se les debe entregar la independencia y Navarra, así como excarcelar a sus presos y devolvérselos en limusina.
El método utilizado para tan artificiosa ayuda a los etarras, lo cual ha enfadado tremendamente y con razón a los franceses, ha consistido en enviar una nota a la delegación de la Agencia EFE en París, para que desde allí, como si de una filtración de la policía francesa se tratase, surgiera un teletipo noticioso destinado a difundirse a todos los medios abonados a la agencia gubernamental socialista. Momento en el que sin duda alguna alguien ha usado su móvil para felicitarles el cumpleaños a los terroristas, escapados por piernas de la redada. Sí, nacieron el mismo día, ¿alguna duda? Tal hecho ha motivado el cabrero monumental de nuestros vecinos, como digo, porque no solamente se les ha desbaratado una operación en la que incluso podrían haber recuperado buena parte de las armas robadas, o al menos situarse en el camino adecuado para ello, sino que encima la culpa, toda la culpa, procede de París. En suma, el teletipo de EFE es casi como si Rubalcaba hubiese soltado lo siguiente: "Estos gabachos no son amantes de la paz". Es decir, el heterodoxo de Interior, maquiavélico de la señorita Pepis venido a menos, ya vemos que no cesa de hacer "amigos". Claro que, contando con la amistad de los etarrófilos, quién necesita nada más.
Autor: Policronio
Publicado el 1 de diciembre de 2006
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