domingo, 22 de abril de 2018

Cristina Narbona, zapaterismo en estado puro

Cristina Narbona

José Luis Rodríguez Zapatero ha rescatado una vieja tradición republicana: el ascenso al Poder de mediocridades políticas inigualables en sectarismo e incompetencia. Habría que remontarse a la oprobiosa república frentepopular para encontrar una fauna política del pelaje de la actual. Cristina Narbona es un claro ejemplo de lo que estamos hablando. En un sistema político medianamente exigente con las élites dirigentes, esta sociata de cuota no hubiera pasado de una subsecretaría municipal. Pero en fin... gracias a Zapatero los españoles podemos gozar de esta vieja e inconfundible costumbre republicana.


Aunque Batiburrillo cuenta con Policronio como una pluma experta tanto en el tema del agua como en la señora Narbona, no hemos podido evitar hacer un comentario al último disparate que ha ingeniado esta vulgar, anodina y sectaria ministra de Medio Ambiente: cobrar el agua más cara a partir de un consumo de 60 litros por persona y día. Eso es todo lo que se le ha ocurrido a esta "sujeta", amante del señor Borrell y enemiga del contribuyente, sobre el que pretende hacer recaer todas las soluciones al problema de la sequía española, después de haber destrozado un impresionante Plan Hidrológico Nacional simple y llanamente por partidismo izquierdista.

La medida recaudatoria es, a todas luces, una medida intervencionista de corte socialdemócrata. Muy del estilo de Gallardón, vamos. Se trata de que, por si fuera poco que el que gaste más pague más, el que gasta más va a pagar aún más que más. ¿Está claro?

Resulta que en un día normal se consume en una vivienda 40 litros de agua cada vez que se lavan frutas, verduras y se cocina, 50 litros de agua poniendo en funcionamiento la lavadora y 25 litros de agua cada vez que se tira de la cadena de la cisterna, etc. Pero para la señora Narbona esto es un despilfarro, por lo que hay que pagar más de la cuenta. Qué brillantes son los socialistas del siglo XXI. Como nos descuidemos nos llevan al racionamiento de la autarquía franquista. ¡Aquello sí era "progreso"!, ¿verdad? Qué bonito... Narbona pretende que vivamos sin lavarnos, sin poder limpiar los alimentos o sin tirar de la cadena del baño. Vicios burgueses, ya saben... Eso sí, de todo el plan de las desaladoras, aquella solución mágica a los terrible problemas del agua que padece media España, nada de nada. Eso, mejor dejarlo a los tecnócratas fachas, no vaya a ser que el progreso económico haga de España una potencia económica mundial, ahora que estamos en pleno proceso de confederación. Como los hunos del siglo V. Ya saben, los de Atila...

Así que tomen nota: no practiquen mucho deporte o usen mucha ropa porque les va a salir caro. Sean solidarios. En esto consiste la "eficacia" gubernamental, ¿o es que no lo sabían? Zapaterismo en estado puro.

Autor: Smith
Publicado el 31 de octubre de 2006

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