domingo, 25 de marzo de 2018

¿No a la guerra?

Desgraciadamente la presencia española en Afganistán ha vuelto a ser noticia este fin de semana. Y es que el "asunto afgano", tras el Yak-42 (62 muertos), el helicóptero (17 muertos) y el convoy del sábado (1 muerto), trae a mi memoria aquella célebre pegatina de la transición que, en referencia a la Benemérita rezaba así: "La Guardia Civil no se rinde, muere asesinada, por la espalda, vendida y traicionada por los políticos del Congreso y del Senado".

Dimes y diretes aparte del descarado y chabacano intento manipulador del Gobierno y su siniestro Ministro de Defensa al frente, por presentar nuevamente ante la opinión el incidente como un mero accidente y no como una acción de guerra. Lo cierto es que a pesar de la habitual dosis de cloroformo informativo, aumentan las acciones de riesgo en las que se ven envueltas nuestras tropas. Aumentan del mismo modo que nuestros efectivos en el antiguo país talibán.

Siguiendo el hilo iniciado por la pegatina aludida, pasaré de puntillas para no herir susceptibilidades sobre la rendición de las tropas españolas y me centraré en la traición civil y política.

Traición política por los responsables gubernamentales encargados de tergiversar las noticias referentes a nuestra presencia en Afganistán y por abandonarlos a su suerte en territorio hostil e inhóspito.

Traición civil -y en parte política- de todos aquellos palmeros con sus titiriteros a la cabeza y su famoso "No a la Guerra". ¿Dónde ha quedado aquella humanística y pseudo-filosófica preocupación ante los conflictos armados? ¿Dónde están aquellos aguerridos pacifistas -con la ominosa bandera republicana en ristre- que clamaban por la paz mundial? ¿Dónde está aquella preocupación por el bienestar de nuestros compatriotas destinados en misiones internacionales? ¿Dónde está esa furia en contra del "seguidismo" pro-yanqui?

¿Acaso no se está librando una guerra en Afganistán? ¿Acaso no merecen volver los soldados allí destinados? ¿Acaso este conflicto no ha generado más víctimas castrenses que el iraquí?

Algunos acudirán al cinismo para esconderse ante su vergonzosa conducta pero la gran mayoría crítica reconocemos en aquellas vociferantes actitudes y en estos sepulcrales silencios la más vomitiva y sectaria manipulación de la conciencia colectiva jamás realizada por la izquierda española y sus secuaces.

Honor y gloria para Jorge Arnaldo Hernández Seminario, caído el sábado, y para todos aquellos caídos que dieros su vida al servicio de España.

Autor: John Sherman
Publicado el 10 de julio de 2006

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