Andrés Manuel López Obrador |
Luego dicen los progres que la derecha no sabe perder las elecciones. Menuda tangana ha liado en México el izquierdista López Obrador, que pide el recuento de votos, de uno en uno, hasta revisar a fondo los más de 41 millones de papeletas. Por si eso fuese poco, el tal López alega en un voluminoso recurso, presentado ante los tribunales electorales, que hubo truco en el sistema informático usado por el gobierno saliente y que al partido de la derecha se le concedió más dinero del permitido, como si nadie supiese que López Obrador recibió una cuantas partidas de dólares de su padrino venezolano, ese sujeto populista y corrupto empeñado en colocar a sus patrocinados en los gobiernos de toda Hispanoamérica. Bueno, pues así hasta llegar a 900 folios de alegaciones y supuestas pruebas del fraude electoral de la derecha en México.
Y digo yo, ¿es que no hubo interventores izquierdistas en las mesas electorales? ¿Es que no se levantaron actas, firmadas también por dichos interventores, del resultado de cada mesa? ¿Es que esos interventores no conservaron para sí una copia de cada acta que bastaría aportar como prueba única? Pues no, no se habla de ellas. Ah, bueno, ahora comprendo. Lo que López no se atreve a decir en sus alegaciones es que los interventores de la izquierda fueron comprados por la derecha. A tanto el voto falso, supongo. ¡Vamos, anda!
Por cierto, en la más pura línea de la izquierda sarmentosa universal, cuyo máximo exponente en Europa es Zapatero, el ya ex candidato López Obrador ha convocado a las masas a una concentración en la capital mexicana, de la que fue alcalde un porrón de años, y también a manifestaciones callejeras en el resto de las grandes ciudades. Todo ello -dice- en defensa de la democracia, que es una característica muy acentuada en la izquierda: La democracia sólo existe cuando son ellos los que gobiernan, puesto que de la izquierda es ese derecho, como todo el mundo debería saber.
Naturalmente, este funesto personaje denominado López no ha reparado en medios a la hora de calificar de "traidor a la democracia" al todavía presidente Fox, que es algo muy semejante a lo que igualmente le llamó el gorila venezolano, otro izquierdista y héroe de la democracia. ¿Cuál será el siguiente paso de este rogelio mexicano? ¡Ah, sí! En las manifestaciones convocadas, además de gritarse el Nunca Mais con acento nativo y música de mariachis, los progresistas se asegurarán de que se alcen numerosas voces de denuncia sobre el hecho de que las elecciones han sido ilegales, injustas e innecesarias, sobre todo innecesarias en recuerdo de los buenos tiempos del PRI, partido totalitario en el que López estuvo integrado durante muchos años.
O lo que es lo mismo, a López no le basta con ser el heredero izquierdista de un PRI casi testimonial en la actualidad, ya que sin duda echa de menos que esa formación gobernó 71 años seguidos en México. Un partido, el PRI, que en España es el referente socialista, primero de González y ahora de ZP. No, no le basta a López, lo que probablemente desee el politicastro mexicano es iniciar como sea un segundo ciclo de política mordida, de los de larga, extenuante y corrompida duración. Vamos, exactamente igual que aquí pero sin rendirse a ninguna banda terrorista.
Publicado el 10 de julio de 2006
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