Una de las últimas imágenes del tirano Fidel Castro, con el papa Francisco. |
El 26 de julio pasado Fidel Castro bromeaba sobre su edad asegurando a "los vecinitos del norte" (en referencia a Estados Unidos) que no pretendía estar en su cargo hasta los 100 años. Conmovedora generosidad. Pues sí, afortunadamente los seres humanos no viven tanto tiempo como para poder condenar a países enteros a la peor de las miserias económicas y morales durante todo un siglo.
"Que no se preocupen los vecinitos del norte, que no pretendo ejercer mi cargo hasta los 100 años", decía jocosamente el sátrapa de La Habana. Claro, claro... porque no puede ser dictador más años, que si no, no le importaría estar al frente de Cuba tres milenios. Así podría llegar a ser la primera fortuna del mundo entre los mandatarios, que en medio siglo sólo ha amasado 900 milloncejos de dólares de ná. Muy progre, muy social, muy marxista. Y ello sin que los progres se conmuevan. Ahí está la hija del demagogo revolucionario Salvador Allende, lamentando "que para el pueblo cubano él (Raúl) no es lo mismo que Fidel. Raúl es un tipo bastante simpático, abierto a contar chistes, pero creo que Fidel tiene un carisma que no tiene Raúl". Pero qué simpática es doña Isabel... Los dos millones de exiliados y las cien mil víctimas del castrismo se resumen en unas bromas y chistes.
En fin, que no hay mal que cien años dure. Ni siquiera Fidel, a quien no deseamos una pronta recuperación para nada. La misma significa la prolongación de la dictadura, el atraso económico, la marxistización de la sociedad, la polarización política en el Caribe y muchas otras cosas nada buenas.
Autor: Smith
Publicado el 5 de agosto de 2006
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