Juan Fernando López Aguilar, "brillante" inventor de términos a cual más absurdo. |
La entrevista que le han hecho en el diario ABC al ministro de Justicia, López Aguilar, tiene como resultado unas respuestas que no sé si calificarlas de tomadura de pelo a los posibles lectores o son directamente fantasías esquizoides. Desde luego suenan a chirigota carnavalera, quizá chicharrera, y parecen proferidas por un tipo que no sabe cómo salir del atolladero al que un periodista más bien bonachón le ha llevado. En cualquier caso, esas respuestas de López encajan a la perfección en el arquetipo propagandístico de la izquierda y por lo tanto no se alejan demasiado de la consigna inconsistente.
Además, sin venir a cuento de nada, López apoya su gestión en una crítica repugnante al Partido Popular, de quien llega a afirmar que: “Es incomprensible que desde el 14-M el PP haya hecho más ruido que ETA”. Comprendo, López, que las extorsiones, amenazas y algaradas de los etarras no te suenen demasiado, pero y las bombas, ¿tampoco te suenan bombas? ¿Eres incapaz de escuchar las docenas de bombas, con más de un herido, que la ETA ha colocado desde el 11-M, probablemente inclusive para acá? Está claro que no hay mayor sinvergüenza que el que no quiere oír.
Siempre he creído que en el gobierno que cansinamente soportamos, de socialistas torpes o muy torpes, el papel de demagogo era cosa de Bono y el de hombre hueco, de frases vacías de contenido, le correspondía asumirlo al mismísimo ZP. Pues bien, hoy me encuentro con un fulano al que hasta el momento le había prestado poca atención, el tal López, pero del que observo que no carece, y además bien combinadas, de esas “virtudes” que ZP y Bono nos transmiten a todas horas. Es decir, mucho de vacuidad y no poco de demagogia. Veamos una pequeña antología de la citada entrevista:
Pregunta. ¿Cree que el procesamiento que dictará el juez Del Olmo en el sumario del 11-M satisfará las expectativas depositadas por la sociedad...?
Respuesta. La investigación y el procesamiento ya inminente han sido seguidos por la opinión pública mundial, no ya española, con enorme atención como un ejemplo de determinación y de eficacia en el esclarecimiento de la masacre terrorista más sangrienta y dolorosa sufrida en España...
Apostilla: ¿Pero este tío en qué país vive? ¿Cómo puede tener la caradura de calificar como “ejemplo de determinación y eficacia en el esclarecimiento” la investigación de un atentado del que cada día hay más dudas y puntos oscuros?
P. ¿Cree que el PP tiene interés en que se anule el sumario?
R. Es entristecedor que, dos años después de la masacre, el PP no haya dedicado ni un solo segundo a aprender de la experiencia para mejorar su servicio a la sociedad española. Incapaces de entender que fueron puestos en la oposición por mentir, continúan empecinados en situarse ellos como víctimas del 11-M, ignorando a los que lo fueron de verdad...
A. ¿Se puede llegar a ser más infame a la hora de acusar a la oposición? Lo dudo, el párrafo entero es puro veneno. Este tipo, con su sumarísimo juicio de intenciones, en el que además de la falsedad usa argumentos indemostrables, no es precisamente un dechado de talante, sino de malignidad.
Lean, lean, la entrevista entera no tiene desperdicio. Si le preguntan sobre los acuerdos con los líderes islámicos en España, entre otras cosas habla de “desafío de futuro (sic) con el que vamos a tener que convivir”. Si de la cooperación con la Iglesia, la hipócrita respuesta es: “El camino es el diálogo y el objetivo es actualizar los instrumentos de la cooperación...”. Y digo hipócrita, puesto que es evidente que se está haciendo todo lo contrario. Cuando de emigrantes se trata, lo que este pájaro ofrece es una frase desternillante y usa de nuevo un vocablo que suena épico y por lo tanto engañabobos, “Desafío”. No se sabe si en este caso el desafío es presente, pasado o futuro: “Es un imponente desafío en el que se conjugan dos dimensiones: reto-problema, pero también oportunidad". A ver si lo entiendo, un imponente desafío de dos dimensiones, que además supone un reto. Eso está bien, hombre, “desafío con reto”, me lo quedo para darle título a este artículo antes de que se me salten las lágrimas de tanto reírme y me impidan seguir.
La pregunta final es obligada: ¿Además de venenoso, como ha demostrado López, es preciso ser imbécil para llegar a ministro socialista?
Publicado el 19 de marzo de 2006
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