sábado, 10 de marzo de 2018

Esquerra, otro partido-banda


Titular de Europa Press: Carod dice que ERC quiere estar "muchos años" en la Generalitat para lograr una "Cataluña libre". Lo que no dice Carod ni lo dirá nunca es que si un partido como Esquerra permanece en el gobierno de la Generalidad, a cuyo frente se sitúa un Maragall tan caprichoso como farsante y memo, Cataluña quedará liberada pero no de España sino de la democracia. Porque Esquerra no es un partido demócrata ni tiene intención de serlo. Al contrario, es el clásico partido que se valdría de la democracia para imponer el nacional-fascismo y someter a la población a sus ideas totalitarias.


La afirmación es de lo más pertinente si se tiene en cuenta cómo se han comportado hasta ahora los “escamots” de Esquerra —verdadera personalidad del grupo neonazi—, que tratan siempre de impedir por la fuerza, a veces violentamente, cualquier conferencia, firma de libros o acto político donde se expongan unas ideas liberales que ellos curiosamentdenominan fascistas. El verbo “impedir” suele ir asociado a las siglas ERC, que ahora sólo se denomina Esquerra con fines expansionistas en Levante y Baleares. Si tecleamos al unísono en un buscador las palabras “impide” y “Esquerra” (o bien ERC), salen miles de páginas donde se aprecian las numerosas fechorías que ese partido político-banda ha cometido con total impunidad desde hace años. 

No hablemos ya de las manifestaciones de los dirigentes de Esquerra, y no me refiero solamente a Carod, que se expresan de continuo bordeando la Ley y a veces directamente en contra de las normas más elementales. O de sus comportamientos, como el que tuvo uno de sus diputados. Sí, ese que será conocido para los restos como el “asaltapiscinas”. La inmoralidad política, y con frecuencia la penal, es algo que puede imputarse a Esquerra sin necesidad de investigar demasiado. Véase, si no, al ex consejero  de Gobernación y ex alcalde de Puigcerdá, Joan Carretero, que fue nombrado ministro de Maragall cuando ya estaba incurso en delitos de prevaricación y desobediencia al TSJC, procedimientos que ahora se han reactivado y se trasladará a tribunales ordinarios al perder la inmunidad el imputado.  

Y qué hablar de ese otro fulano de Esquerra, Xavier Vendrell, igualmente implicado en actividades delictivas —esta vez como extorsionador—, al que han impuesto como sustituto de Carretero para que Maragall se vuelva a tragar un sapo. Por cierto, que el muy memo de Maragall —amigo del bobo solemne— pide ahora un voto de confianza para Vendrell y encima asegura que el asunto (léase delito) no le escandaliza lo suficiente. Lo tengo claro: Mientras Esquerra deba darle cuentas al bobo y al memo, su impunidad será absoluta. Ahora bien, cabe reformularse la pregunta: ¿Y este partido-banda de Esquerra es el que debe liberar Cataluña? Dios coja confesados a los catalanes como no se espabilen y demuestren todo su desprecio a esos no libertadores, sino liberticidas. 

Publicado el 23 de abril de 2006

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