jueves, 22 de marzo de 2018

En febrero de 2004 se decidió el 11-M

En una reunión del comité ejecutivo de ETA (febrero 2004) se aceptó la conveniencia de negociar con un PSOE que no estaba en el poder ni había dato alguno que avalase la posibilidad de que lo alcanzara. De lo que se deduce sin demasiado esfuerzo, puesto que nadie acepta negociar con quien carece de capacidad para decidir, todo un empeño conjunto de conspirar a la desesperada.

ETA fue invitada a reunirse con los “gorrinos”, que es como los etarras llaman a los socialistas del PSOE —ojo, del PSOE, no del PSE-EE—, nada menos que en febrero de 2004. Así sucedió, como se desprende de un informe de José Antonio Esparza Luri (criminal histórico de ETA), tras varios años de contactos entre Batasuna y el PSE-EE, cuyo insidioso representante, Jesús Eguiguren, no dudó en puentear y por lo tanto traicionar —probablemente con la complicidad de Patxi López y finalmente del propio Zapatero— a Nicolás Redondo Terreros, que fue su superior jerárquico hasta primeros de 2002 y que dimitió amargado al comprobar qué clase de canallas integraban la dirección de su partido tanto en el País Vasco como en Madrid.


La noticia la lleva hoy a portada, en su edición digital, el diario El Mundo, donde se describe una reunión en la citada fecha del comité ejecutivo de ETA y del acuerdo adoptado sobre la conveniencia de negociar con un PSOE que no estaba en el poder ni había dato alguno que avalase la posibilidad de que lo alcanzara. De lo que se deduce sin demasiado esfuerzo, puesto que nadie acepta negociar con quien carece de capacidad para decidir, todo un empeño conjunto de conspirar a la desesperada y abandonar sus respectivas posiciones de bancarrota. De otra parte, como se desprende de la misma noticia, ETA le dio la máxima importancia al asunto y ello a juzgar por un hecho prácticamente inédito: la reunión de la totalidad de su cúpula directiva, compuesta entonces por Ternera, Antza, Anboto, Esparza Luri y Peio Eskizabel. Cuando todos sabemos que en los últimos años los jefes de los terroristas se reunían como mucho de tres en tres para no ser descabezados al completo. 

La fecha de febrero de 2004, puestos a plantear una hipótesis nada incompatible con el proceder conspirativo de ZP y de sus actuales socios etarras, es perfectamente enmarcable en esas tramas negras que llevaron a Zapatero al poder. El mes y el año no pueden ser más adecuados para que gente de la calaña de Eguiguren, del que se dice que a través de sus contactos desleales se hizo perdonar por la ETA sus implicaciones en el GAL, acordase con los terroristas la forma criminal de llevar al socialismo a La Moncloa. Esta claro, pues, que nos encontramos ante la fecha clave de la que partió toda la trama del 11-M. Cuándo se produjo la reunión entre esa ETA que finalmente aceptaba al socialismo residual del GAL —cuyos tres componentes vascos principales habían sido Eguiguren, Jauregi y Benegas— y cuándo la banda criminal decidió ofrecerle al PSOE el diseño que ya tenía elaborado para atentar contra los trenes de cercanías de Madrid es algo que aún está por saberse, pero en ello estamos muchos demócratas.

La fecha de febrero de 2004 igualmente representa, si se considera que aún quedaban tres semanas para los atentados del 11-M, algo mucho más significativo que una simple nota con el teléfono de un etarra en el bolsillo de un morito. Es el nexo claro de unión entre dos organizaciones desesperadas: Una banda criminal a la que el gobierno de Aznar estaba llevando, con la ley en la mano, al camino de la extinción, y un partido socialista dirigido por un elemento radical que no soportaba la posibilidad de ser vencido limpiamente en las urnas, como por esas fechas apuntaban todas las encuestas. La tregua para Cataluña, auspiciada por el infame Carod, se había decidido pocos días antes y no es descabellado pensar que fue el propio separatista catalán, en una conversación de varias horas con el criminal Ternera, el que apuntase la posibilidad de crear un pacto del Tinell a la vasca: PSE-EE, Batasuna-ETA y el apéndice comunista Ezquer Batua.

El 14 de febrero de 2004, desde el aeropuerto de Frankfurt, Ternera dijo literalmente: “Se van a enterar los españoles de lo que somos capaces”. El 29 de febrero de 2004 se intercepta una de las dos “caravanas de la muerte”. Lo que sucedió después, es decir, el horrendo atentado del 11-M, es de sobras conocido. Ahora bien, se ignoran las razones que tiene Zapatero para rendirse ante una banda de criminales que no renuncia a ninguno de sus objetivos. Se ignoran... pero se intuyen. Espero que algún día puedan ser aclaradas suficientemente ante un tribunal. 

Publicado el 2 de julio de 2006

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios moderados.