La talla de un estadista suele demostrarse cuando, al tomar el poder, es capaz de aparcar sus ideas más partidistas para poder gobernar por y para todos los ciudadanos. Por desgracia, en estos momentos, España cuenta con un presidente del Gobierno profundamente sectario, incapaz de deshacerse de sus tics de radicalismo chic, que maldita la gracia y el daño que están haciendo a nuestro país.
Hagamos un breve repaso a las innumerables muestras de sectarismo ultraizquierdista que viene desplegando José Luis Rodríguez Zapatero:
- La más importante, quizás, es su política de acercamiento a los terroristas de ETA, con quienes, a pesar de continuar con sus actividades macabras, parece entenderse mucho mejor que con el Partido Popular y con las víctimas de ETA. Recordemos, sin ir más lejos que a la madre de Irene Villa le dijo que a su abuelo también lo habían matado. En realidad, el Ejército nacional, el ejército en el que trabajó el suegro de Zapatero, lo fusiló tras un juicio militar.
- A consecuencia de ello, está toda su política de pactos con partidos de extrema izquierda, como ERC o el BNG, por no decir Batasuna, marginando de la política a los sectores más moderados de la sociedad.
- Luego están aquellas bochornosas declaraciones en las que alardeó de ser "rojo". Tampoco hacía falta que lo dijera. Se le notaba.
- Otro aspecto sectario es su republicanismo. Hacer gala de un sistema político que no está vigente en España y que muchos ciudadanos no quieren saber nada de él porque ya fracasó rotundamente en dos ocasiones en España, dividiendo y enfrentando a la sociedad, dice bastante poco de Zapatero.
- En la misma línea, se encuentra su guerracivilismo. Su obsesión por levantar las ampollas de la Guerra Civil, que estaban terminando de cicatrizar. Que este señor aparezca por Mauthausen (Austria) entre banderas republicanas parece, cuando menos, un acto de osadía y de ganas de confrontar a los españoles que le define perfectamente.
No contento con todo ello, el sectario gobernante nos obsequió ayer con una foto que quedará para la posteridad. Este señor posó con un pañuelo palestino para dejar bien patente su posición antiisraelí en el conflicto de Oriente Medio. Otro nuevo posicionamiento radical en un conflicto que, en este caso, no sólo divide a la opinión pública española, sino a la mundial. Pero así es Zapatero: amigo de los "héroes" terroristas (vascos o libaneses), rojo, republicano, guerracivilista y antiisraelí. Urge, por lo tanto, desalojar a este sujeto de la Moncloa cuanto antes. España, su unidad y sus intereses, están en juego.
Autor: Smith
Publicado el 21 de julio de 2006
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