George W. Bush en Budapest |
Esta semana, el presidente de EEUU, George W. Bush, ha rendido un homenaje a los luchadores contra el socialismo "real" en Hungría. En un discurso pronunciado en el monte Géllert de Budapest, a orillas del río Danubio, para conmemorar el 50 aniversario del levantamiento de la población contra la ocupación rusa y la lucha por la democracia en Hungría. Bush aseguró que el triunfo de la transición en ese país se repetirá en Irak y en otras naciones que luchan por la libertad.
Pero recapitulemos... Stalin murió en 1953. En unos meses hubo una revuelta de obreros en Checoslovaquia que fue rápidamente aplastada. Poco después una rebelión de los obreros de la construcción de Berlín se extendió por toda Alemania Oriental y fue finalmente subyugada por los tanques rusos tras varios días de duras luchas callejeras. En junio de 1956, los trabajadores polacos pusieron Poznan bajo control obrero, subieron los sueldos y bajaron los precios. Según se extendía la huelga, miles de personas salían a las calles y un levantamiento a gran escala tomó la ciudad. Los gritos de ‘Libertad y Pan’ y de ‘Rusos fuera’ sólo fueron silenciados por los tanques.
En Hungría, en 1956, el Congreso de Escritores Unidos denunció el ‘régimen de tiranía’. El 23 de octubre de 1956, en Budapest, 155.000 manifestantes ‘en solidaridad con nuestros hermanos y hermanas polacos'. Marchando a la estación de radio, sólo se detuvieron para destruir una enorme estatua de Stalin. La estación de radio estaba custodiada por el AVO, la odiada policía de seguridad. Sin avisar ametrallaron a la pacífica muchedumbre. La Revolución Húngara había comenzado. Se formaron consejos obreros en fábricas, talleres, estaciones de energía, minas de carbón y depósitos de ferrocarril por toda Hungría. Los campesinos formaron espontáneamente sus propios consejos, redistribuyeron la tierra y suministraron comida a las ciudades. Desde el primer día las estaciones de radio liberadas emitían las noticias por todo el país.
Con la Huelga General, los consejos comenzaron a federarse y en una semana establecieron una República de Consejos. El gobierno dejó de existir. Los consejos obreros lanzaron un ultimatum: la huelga continuaría hasta que todas las tropas rusas hubieran salido del país. El 30 de octubre los tanques del Ejército Rojo salieron de Hungría. Parecía que el pueblo había ganado. Pero el 4 de noviembre los tanques volvieron. Habiéndose reagrupado más allá de las fronteras, 15 divisiones rusas, ahora con 6000 tanques, cayeron sobre el pueblo húngaro. Todas las ciudades principales fueron machacadas con fuego de artillería. En Budapest, los barrios obreros fueron la carne de cañón del asalto. El pueblo resistió tanto como pudo, pero la ciudad entera estaba siendo bombardeada constantemente y pronto quedó en ruinas. Después de 10 días de terribles luchas, con miles de muertos y heridos, el pueblo finalmente cedió.
Autor: Smith
Publicado el 24 de junio de 2006
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