viernes, 23 de febrero de 2018

También los sindicatos por la fragmentación de España

Las asociaciones sindicales, movimientos garrapatas dedicados a chupar del presupuesto público y a defender a sus asociados siempre que el partido del que dependen no disponga lo contrario, no tienen otra cosa mejor que hacer que dedicarse a firmar acuerdos y reivindicar el derecho de autodeterminación del País Vasco y Navarra

Parece cada vez más evidente que España se ha dividido en dos bloques. Uno de ellos lo componen la izquierda y el nacionalismo, que mientras juegan a ver quién engaña al otro no cesan de acaparar poder, tirar rayas en el suelo o mearse en las farolas para marcar el territorio de influencia exclusiva. El otro bloque estaría compuesto por el PP y quizá dentro de poco por una serie de plataformas de nuevo cuño, como pudiera ser el caso de Ciudadanos, que a saber si no servirán para restarle fuerza a una derecha timorata que está pagando el precio de la mala gestión de Aznar y Rajoy respecto a los medios informativos.

La situación recuerda a las últimas elecciones de la II República, con un Frente Popular que apoyaba cualquier causa que molestase o debilitase a la CEDA y a otros partidos menores de derechas. Ahora, con la incorporación del sindicalismo a la instigadora idea del supuesto derecho a la autodeterminación [1], se han reforzado las bases que deben darles alas a los disgregadores para convertir España en una serie de territorios no ya integrados, sino deshilvanados, donde los vínculos que se mantengan sean precisamente de tipo colonial.

Las asociaciones sindicales, movimientos garrapatas dedicados a chupar del presupuesto público y a defender a sus asociados siempre que el partido del que dependen no disponga lo contrario, no tienen otra cosa mejor que hacer que dedicarse a firmar acuerdos y reivindicar el derecho de autodeterminación del País Vasco y Navarra. Me pregunto qué tendrá que ver la autodeterminación, un derecho que la carta de la ONU reserva en exclusiva para las colonias, con la defensa de los trabajadores. Me gustaría saber, igualmente, qué sentido tiene que ese derecho se le adjudique en paralelo a Navarra y el País Vasco, citándolos como si fuesen una especie de nación única.

Tal y como indica elconfidencial.com (enlace erróneo), la propuesta a la que se han sumado UGT y CCOO, “viene recogida en un documento que pretende impulsar el proceso de paz”. La idea que inspira una hipotética paz, basada en el derecho de autodeterminación propugnado por la ETA, no puede despertar más que la sensación de que los sindicatos, encabezados por el nacionalista LAB, nos están pidiendo a los españoles que renunciemos a la integridad de nuestra patria. Desde mi punto de vista, otorgarle ese derecho a cualquier territorio que se halle sometido a la tiranía del nacionalismo, especialmente al que cuenta con una banda terrorista que intimida a todas horas a la sociedad, sería algo parecido a una rendición incondicional del poder del Estado y a dejar en manos de unos miserables a la parte de la población que aún ama a España.

No sé si es en esa línea, en la de un frentepopulismo que accederá a incluir el derecho de autodeterminación en el nuevo estatuto vasco, en la que se mueve el presidente del Gobierno. Lo cierto es que todo apunta a ello y a mi juicio se le está ofreciendo a la banda ETA que elija el menú de cómo ha de ser el conjunto de España en las próximas décadas. A sabiendas de que si no se produce una disgregación total, fracturándose en tres o cuatro estados-nación, será simplemente por razones económicas: Nadie quiere perder a la clientela que le sustenta el negocio. Ya lo decía el clásico: “Los grandes egoístas son el plantel de los grandes malvados”. Me temo que el nacionalismo y la izquierda, tan egoístas como siempre, difícilmente dejarán de dar personajes de una fuerte catadura inmoral.

Artículo revisado, insertado el 17 de febrero de 2006 en Batiburrillo de Red Liberal



[1] El llamado "derecho a decidir" no existe. No lo reconoce ningún organismo internacional y mucho menos la ONU, no es más que una idea-fraude para justificar que un grupo de personas de mentalidad totalitaria, las cuales llevan años en el poder y adoctrinando con falsedades a la población (tal es el caso de Cataluña y el País Vasco), consiga la secesión de un territorio que siempre ha formado parte de España y así apropiárselo para los restos. Esto es lo que dice la ONU en su Declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales, Artículo 6: "Todo intento encaminado a quebrantar total o parcialmente la unidad nacional y la integridad territorial de un país es incompatible con los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas".

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