Desde la llegada al poder del rencoroso guerracivilista Rodríguez Zapatero, la izquierda ha destapado el tarro de sus peores esencias. España lleva meses desgastándose estérilmente en torno al debate del final del terrorismo marxista-separatista de los asesinos neoaranistas. En este debate, la prensa del corral presenta esta situación constantemente como una especie de “tablas” en terminología de ajedrez:
1) Por un lado, el Gobierno y sus satélites frentepopulistas dicen que está cerca el final de la “violencia”, pérfido eufemismo que alberga una abyecta totalitaria concepción del terror…
2) Por otro lado, la Oposición pone por delante de cualquier otra consideración los derechos de las víctimas a que se respete la Justicia con mayúsculas y que el Estado no se venda en la almonedas que los secesionistas tienen preparada para descuartizar España.
La verdad es que no nos hemos querido pronunciar a fondo hasta la fecha respecto a este debate, amigos de Batiburrillo y Redliberal, porque sencillamente nos da bastante asco. De hecho, no vamos a extendernos excesivamente en esta cuestión que viene ocupando últimamente la práctica totalidad de debates políticos y tertulias radiotelevisivas junto con la otra gran traición al Estado de Derecho que ha preparado Zapaterenski contra la nación española: el Estatuto Zapatuto. Pero hoy sí que nos vamos a permitir la licencia de recordar algunos puntos, para dejar en su sitio a esta izquierda -no ya disolvente sino abiertamente secesionista- con la que en breve tendremos que entablar la batalla final todos los patriotas y liberales que todavía mantengamos la fe puesta en España y en la Libertad.
Así que repasemos:
1. Las víctimas del terrorismo nunca fueron tan burdamente manipuladas como aquellos trágicos días del 11 al 14 de marzo del 2004 por los seguidores de Pablo Iglesias. En esas jornadas sí que se sacó provecho electoral de un atentado terrorista como jamás se hizo antes.
2. El Gobierno de Aznar negoció con ETA durante la tregua-trampa. El gobierno socialista, en cambio, está negociando actualmente sin mediar tregua alguna. Dato importante. Los atentados y el impuesto revolucionario no han cesado y los federalsocialistas y los aranistas no hacen más que hablar de mesas y concesiones.
3. El PSOE no puede pedir que el PP no saque a debate público la cuestión del terrorismo porque ha sido el PSOE y solamente el PSOE quien ha roto el Pacto Antiterrorista, habilitando al PP la posibilidad de denunciar la maniobra socialista.
4. Nunca España sufrió mayor regresión en la lucha contra el terror que bajo el Gobierno de Rodríguez Zapatero. La mayor parte de los logros conseguidos por el PP (ilegalización de Batasuna, ahogamiento del MLNV, cierre de periódicos proetarras, axfisiamiento financiero de la banda…) han sido tirados por la borda.
5. El PSOE no es un partido fiable en la lucha antiseparatista desde el momento en el que la dirección del socialismo vasco está mucho más cerca de ETA que del PP, como han dejado patente las últimas declaraciones del separatista Patxi López y del proetarra Eguiguren.
6. La mera proposición del afrancesado, déspota ilustrado, jacobino y enmandilado miembro de la nomenklatura “Gregori” Peces-Barba como defensor (?) de las víctimas del terrorismo deja bien a las claras el nulo interés del Gobierno por la defensa de los derechos de las víctimas de ETA.
7. El Gobierno de España se siente más cercano a las potencias terroristas internacionales (Cuba, Palestina, Venezuela, Marruecos…) que de los países que, como EEUU, lideran la War on Terror. Con esto todo está dicho.
¿Se dan cuenta cómo actúa la izquierda? Mientras el Ministerio del Interior trabaja –contenidamente, no seamos ingenuos- contra los terroristas separatistas, el Gobierno activa sus neuronas para dejar a la derecha liberal-conservadora fuera de juego y rediseñar un Estado federal con el beneplácito temporal de los republicanos de logia y los terroristas del hacha y la serpiente. Esta es la gran indignidad de la izquierda española. Una izquierda mucho más cerca de Hugo Chávez y Evo Morales que de Tony Blair. Porque, no lo olvidemos, las esencias revolucionarias, transformistas y antinacionales nunca fueron abandonadas por los rencorosos de la jaez de Rodríguez Zapatero. De ahí que los diez millones de votantes del Partido Popular, las víctimas del terrorismo, las asociaciones y colectivos constitucionalistas, las fuerzas de seguridad del Estado y el mismo Ejército no dejen de ser un estorbo para los planes de Rodríguez Zapatero, un personaje que, por su escaso coeficiente intelectual, cada día está más claro que no pasa de ser un muñeco de feria manejado por las fuerzas disolventes.
Autor: Smith
Publicado el 15 de febrero de 2006
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