León Trotsky o "La revolución permanente", también llamada socialismo real e incluso, para ser más precisos, comunismo terrorista. |
Según la periodista Charo Zarzalejos, la doctrina de Zapatero es “Si te paras te caes”. La excelente columnista comenta hoy el asunto en las páginas de ABC. Lo hace en un variado artículo que recomiendo a los lectores de Batiburrillo. En “Si te paras te caes”, también se analiza lo que dicen las últimas encuestas y, cómo no, se apunta a ese disparate que al parecer pretende el Fiscal General del Estado: unificar las condenas de los etarras para ir soltándolos antes de tiempo. Claro que aquí, la periodista, ofrece más bien la versión del Gobierno, en el sentido de que los presos van a seguir estando donde están. Lo que no deja de ser un desmentido que, por lógica, confirma la infame jugada.
Sea como sea, tenga o no razón Charo Zarzalejos, lo cierto es que al leer el título de su artículo lo primero que me ha venido a la mente es una pregunta: ¿Será trotskista Zapatero? Recordemos al efecto que el personaje de Trotsky, uno de los cuates de Lenin junto a ese amigo de la Humanidad conocido por Stalin, era más bien partidario de la revolución permanente. Para él, pararse suponía el aburguesamiento. Y así acabó la URSS, con diez millones de altos cargos poseedores de dachas en el Mar Negro y Crimea, que además disfrutaban de lujos variados sólo al alcance de los miembros del Politburó, como grandes coches y supermercados exclusivos abastecidos de exquisiteces.
Eso sí, luego había un resto de proletarios, apenas cifrados en alrededor de 200 millones de personas, que malvivían amontonados en viviendas colectivas y se dedicaban no a producir, que tanto daba y se cobraba lo mismo, sino a pasar el tiempo en las largas colas de aquellos establecimientos donde, a veces, los primeros en llegar conseguían un par de kilos de azúcar o de arroz. Como vemos, todo era idílico y colectivo: Un colectivo menor en la abundancia y otro colectivo inmenso en la miseria. ¿Qué digo colectivos? ¡Comunistas, leñe, que las cosas tienen su nombre! Y eso sin contar a los destinados al Gulag, que eran algo así como los de la COPE soviética tras la actuación del correspondiente CAC.
Bueno, a lo que voy. ¿No será trotskista la filosofía de nuestro gran dirigente? Porque si analizamos su trayectoria desde las primeras manifestaciones callejeras y le sumamos el rosario de despropósitos que ha ido imponiendo en contra de cualquier norma o costumbre que muchos españoles valoramos, está suficientemente acreditado que el tío es partidario del “aquí hay tomate” por un tubo y que no pare el tomate. Es decir, a su modo no deja de purgar a funcionarios públicos (Fungairiño), desbaratar leyes que se han mostrado eficaces (Ley de Partidos o Pacto Antiterrorista) y claudicar ante el nacionalismo a través de acuerdos que no se atreve a darlos a conocer en su totalidad, sea con los radicales catalanes, sea con los vascos. En resumen, me da la sensación de que el muchacho no se divierte si se para o deja de mentirles a los españoles o renuncia a los conciliábulos nocturnos. Menuda pieza.
Publicado el 6 de febrero de 2006
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios moderados.