jueves, 8 de febrero de 2018

Proposición de Ley de ERC: más de lo mismo

En la imagen, cuatro miembros destacados de la masonería

Conocida es la fascinación del PSOE y de ERC por la masonería. Resulta curioso que estos partidos, por otra parte tan “sociales” y tan “populares”, sientan esa extraña admiración hacia una sociedad tan selectiva y secreta como es la francmasonería. En cambio, desde el preciso instante de su fundación hasta el día en que estas líneas se escriben, socialistas y esquerristas se han dedicado a perseguir con saña -miles de martirios incluidos- a una religión ampliamente mayoritaria como la cristiana y, se diga lo que se diga, bastante más adaptada a los tiempos modernos que cualquier otra. Basta echar un vistazo a los países más avanzados del mundo para comprobar que, en estos últimos siglos, los países cristianos han estado -en líneas generales- a la cabeza de la modernidad. Y, por cierto, no nos sirven los berridos progresistas al uso, como “avanzaron a pesar de la religión, el atraso cultural finisecular es culpa de la Iglesia…”. La realidad es que EEUU, Alemania, GB, Francia, Italia… han sido países esencialmente cristianos y los individuos que han desarrollado dichos países profesan mayoritariamente la religión católica o la protestante.


Dicho lo cual, también queremos remarcar que cualquier lector puede asistir a la mayoría de las misas celebradas a lo largo y ancho de la geografía nacional (española, por si hay dudas o nos lee Zapatero) sin ser preguntado quién es, de dónde viene o qué es lo que hace en el templo. No ocurre lo mismo en la muy minoritaria organización secreta de la francmasonería. Algún cofrade que lea esta bitácora, nos podría ilustrar al respecto y comentarnos los requisitos necesarios para asistir a una tenida masónica. Que no son pocos. Decimos esto porque bien está que los políticos se preocupen de las minorías y de las super minorías, pero, hombre, resulta más que sospechoso el empecinamiento de la Esquerra anti borbónica de Cataluña para que la sociedad secreta sea restituida. ¡Como si fuera la única sociedad que en el siglo XX ha sido perseguida en España! ¿Saben cuántas sociedades públicas –no secretas- fueron perseguidas por gobiernos de cuño masónico durante la II República? Pues miren, a bote pronto: partidos políticos, periódicos, revistas, semanarios, sociedades militares, sociedades culturales, sociedades religiosas, colegios privados, bibliotecas privadas… Si alguien quiere que concretemos, concretamos en otro post.

Pero, insistimos, ¿por qué tanto tesón en apoyar a una sociedad privada y secreta? Los jacobinos catalanistas hablan de la “aportación de la masonería al progreso del pensamiento social”. ¿Se incluyen las quemas de conventos organizadas por francmasones, los fusilamientos ordenados por grados 33º como Manuel Muñoz Martínez –alias “Yo”-, la expulsión de los jesuitas preparada por Manuel Azaña Díaz -alias “Plutarco”-, las amenazas de muerte de Santiago Casares Quiroga -alias “Saint Just”- a José Calvo Sotelo, los fusilamientos ordenados por el hermano Lluis Companys en la Cataluña republicano-jacobina, la persecución de la enseñanza religiosa ordenada por los conocidisimos cofrades Fernando de los Ríos –alias “Jugan”- y Marcelino Domingo –alias “Uno”- la prohibición de las celebraciones populares (abiertas, públicas, no secretas ni discretas) de la Semana Santa en Sevilla por el grado 33º Martínez Barrio, la persecución y el asesinato de activistas derechistas por parte del teniente José del Castillo, masón de pro, etc? Todo este paisaje, ¿también forma parte de la “aportación de la masonería al progreso del pensamiento social”?

La persona que más ha escrito sobre la masonería española -porque tiene la obsesión de escribir mucho, porque como es jesuita, tiene mucho tiempo para ello, porque está respaldado por diversas instituciones académicas de corte progresista y, sobre todo, porque está obsesionado por correr una tupida cortina de humo sobre la verdad de la masonería en la España contemporánea- el señor Ferrer Benimelli, comenzó diciendo en una conferencia titulada “La masonería actual” que no iba a dar nombres de masones de hoy en día (secreto, secreto, secreto…), aunque admitió que la Esquerra de hoy está tan trufada de ellos como la de ayer. La conferencia fue un fraude, porque el conferenciante no habló más que de los masones de principios de siglo. "La masonería actual" terminó resultando "La masonería de ayer”. Ya nos lo temíamos. El secreto es fundamental para los masones. Aunque vayan con sotana. Por eso nos parece indignante que la Esquerra Masónica de Cataluña siga en sus trece de pasarle otra factura más a Zapatero, esta vez con la francmasonería como beneficiaria. A ver por dónde nos sale ahora Rodríguez Masonero. Imagínenselo.

Autor: Smith
Publicado el 14 de diciembre de 2005

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