Gustavo Alcalde fue presidente del Partido Popular de Aragón en 2005 |
El nacionalismo es tramposo por antonomasia. Nunca deja al vecino lo que reclama para su tribu. Véanse los casos de los eusko-aranistas o los radical-catalanistas. No les basta con el Plan Ibarretxe y el Estatuto Zapatuto. No. Es que, además, lo que pretenden es que el resto de comunidades -excepto Galicia- no tengan el poder competencial que ellos demandan porque, en ese caso, se sentirían "oprimidos" por un Estado que no les dejaría ser más que los demás. En resumidas cuentas: que los nacionalistas, además de absurdos, son envidiosos.
Pero es que también son tramposos. El caso de la candidatura olímpica de Madrid 2012 es bastante paradigmático. Comparen cómo se volcó el resto de España en Barcelona 1992 y cómo han estado boicoteando a Madrid 2012 los nazionalistas catalanes, con el inestimable apoyo de ETA, con la que se había reunido Carod en Perpignan (¿sólamente?). Pero para trampas, el supporter que dirige el F.C. Barcelona: ¿alguien se acuerda de aquellos dos partidos de sanción que tenía que haber cumplido el club catalán desde hace años y de los que nunca más se supo? Así funciona el nacionalismo: haciendo trampas.
El presidente del Partido Popular de Aragón, Gustavo Alcalde, ha denunciado el acuerdo sobre el traslado de los bienes de la Franja, al que se llegó el pasado martes, en la reunión mantenida con representantes de la Generalitat en Lérida. Marcelino Iglesias y la consejera de Cultura de Aragón, Eva Almunia, han informado sobre el encuentro mantenido con la Generalitat con términos «poco claros y opacos», ya que «en ningún momento han aclarado cuándo se van a devolver a las parroquias de Barbastro-Monzón los bienes que, desde el mes de septiembre, el Vaticano dictaminó que les pertenecían». La «bajada de pantalones» ante Maragall ha sido total, ya que, según Alcalde, la idea a la que llegaron de «compartir los bienes» y otro tipo de «circunloquios, palabras retóricas o eufemismos, sólo evidencia que los bienes no serán devueltos». Además, los responsables políticos catalanes hablan de «unidad museística», idea que, según el presidente del PP en las Cortes de Aragón, «sólo puede significar que las piezas seguirán permaneciendo en Cataluña, contradiciendo las órdenes del Vaticano». El redactor de la noticia, en La Razón, habla de «argucias» del obispado. En otras palabras «trampas» del obispado. Porque los obispos catalanes son nacionalistas y, por definición, tramposos.
Comenzábamos diciendo que los nacionalistas defienden para ellos lo que no quieren para los demás. Lo acabamos de ver. Para no cumplir con la orden de devolución que emitió la Congregación de Obispos de Roma, apelan a la "unidad museística". Eso sí, los salmantinos no pueden apelar a la "unidad archivística" para no cumplir con la orden de devolución de los papeles del Archivo de la Guerra Civil. ¿Se dan cuenta cómo funciona el tinglado nacionalista?
Autor: Smith
Publicado el 7 de enero de 2006
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