Bandera de las siete estrellas verdes en una marcha por la independencia canaria. |
Es espantoso el daño a la libertad que va produciendo gradualmente el nacionalismo. No hay ni un solo día en el que no aparezca aquí o allá alguna noticia que confirme la carrera desenfrenada de despropósitos que vivimos. Lo que ahora sucede en las distintas comunidades autónomas, cuya creación representó la gran insensatez de los constituyentes, me recuerda la escena de cuadrigas de la película Ben-Hur en la que van presentando a los distintos participantes y a continuación, látigo en mano, éstos inician sin miramiento alguno un número determinado de vueltas al hipódromo. Según recuerdo ahora, en esa carrera vale casi todo, desde azotar al rival para hacerle caer, como se advierte en el filme, hasta llevar las ruedas provistas de cuchillas con las que taladrar los radios del carro opositor.
Bien, pues la noticia repelente de hoy procede de Coalición Canaria, un partido que inicialmente se creó para que la clase empresarial de las islas pudiese controlar los cabildos, circunstancia que a su vez representaba controlar gran parte del poder insular a través de las importaciones, y que hoy en día se está convirtiendo en un partido nacionalista a imagen y semejanza de otras formaciones más radicales de la Península. Se trata, pues, de un nuevo participante en esa carrera de despropósitos que probablemente concluya, de no remediarlo una epidemia de sentido común que “asole” toda España, en la independencia irremediable de las Islas Canarias, quizá con dos estados cuyas capitales fuesen Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria —de rivalidad creciente al mismo ritmo que crecen los celos hacia la isla vecina—, o en el mejor de los supuestos se mantendría algún vínculo confederativo con lo que para entonces sería claramente “Ese-Resto”, y a fin de no perder el mercado del plátano y el flujo de turistas digamos nacionales.
Lo que ocurre es que CC, para llegar a ser de la misma calaña que una ERC, por ejemplo, carece de idioma “propio” que imponerle a los isleños y así diferenciarlos más de los peninsulares. Hay algún que otro partido insular, asimismo nacionalista pero aún más extremado, que como una forma de rescatar la pretendida cultura guanche —cultura en la que no había manera de entenderse de una isla a otra— propugna que se adopte en Canarias el lenguaje beréber. No es porque el guanche y el beréber fuesen el mismo idioma, ni mucho menos, si bien se cree que procedía de un tronco común: Es, simplemente, porque los nacionalistas radicales canarios observan los beneficios políticos que los catalanes, vascos y gallegos obtienen remarcando sus fronteras idiomáticas.
No va a ser fácil, de todos modos, que Coalición Canaria asuma tal grado de radicalidad, pero lo que sí intentará en cuanto le sea posible, sobre todo porque considera que o con Zapatero o nunca, es renovar su propio estatuto, blindando cuantas competencias sean posibles e introduciendo algunas características que impidan el asentamiento en las islas de nuevas remesas de peninsulares, especialmente de esos funcionarios que suelen acudir a puñados en cada nueva promoción y que, así se asegura allí, van a ocupar los mejores destinos.
En esa línea de posibles impedimentos para la llegada de peninsulares a Canarias, surge hoy una noticia que el diario La Razón titula del siguiente modo: “CC pide reformar la Constitución para limitar el derecho de los ciudadanos a fijar su residencia”. Es decir, el partido nacionalista canario en el poder pretende eliminar lo que es una realidad en más de media Europa: la libre circulación de personas. Y lo malo no es eso, sino que, como explica igualmente La Razón, CC secunda al mismo tiempo al PSOE en la idea de “papeles para todos y puertas abiertas”. En este caso es normal la hipocresía, ya que se trata de un partido nacionalista y, como tal, sin remedio alguno en el terreno de la coherencia. ¡Cuándo se dará cuenta la sociedad que al nacionalismo, sea el que sea, hay que fulminarlo en las urnas por inmoral y totalitario! ¡Cuándo advertiremos una mayoría de ciudadanos que el PSOE no cesa de pactar con esta gente tan liberticida como retrógrada!
Publicado el 2 de febrero de 2006
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios moderados.