Urna catalana (2017), un asunto de lo más serio. |
Una noticia positiva nos indica que no todo está perdido en la batalla contra el etnolingüismo catalán. La justicia obliga a una escuela de Badalona a dar castellano a un alumno de primaria. El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha ordenado a la Generalitat impartir clases en castellano a un alumno del centro docente Feliu Veguès de Badalona (Barcelona), tal y como reclamaba su padre, quien pedía la escolarización del menor en "su lengua habitual, o sea, el castellano".
El padre del alumno discriminado pidió a la Consejeria de Educación que, para el curso 2004-2005, que su hijo, matriculado en primero de primaria, recibiera clases en castellano. La Generalitat desestimó la reclamación del padre -"progresismo" maragalliano- y éste optó por acudir a la justicia como última ratio.
En su resolución, el TSJC obliga a la Generalitat, como medida cautelar, a que el niño reciba la enseñanza correspondiente al segundo curso de primaria, en el que está matriculado este año, "mediante atención y soporte individualizado en castellano en todas las áreas de conocimiento". Además, según la resolución del TSJC, la Generalitat "deberá disponer que se imparta la enseñanza de la lengua castellana correspondiente a ese curso según el horario reglamentariamente establecido, del mismo modo que se hace con las restantes áreas de conocimiento".
Creemos que esta noticia deja la puerta abierta a la esperanza de los derechos constitucionales en Cataluña. Mientras el Poder Judicial tenga todavía la suficiente fuerza para frenar la ofensiva neonacionalista que lideran Mas, Maragall y Carod, no todo estará perdido para la causa liberal. Al menos, que nos quede claro que, aunque los partidos políticos nacionales se desentiendan del problema político de enorme envergadura que ha creado el frentepopulismo catalanista puede ser frenado por otras instituciones estatales.
Autor: Smith
Publicado el 2 de febrero de 2006
Nota de 2018. Al final, ni esa sentencia se cumplió, sino que se hizo un apaño que humillaba al niño, ni se cumplieron otra muchas sentencia que fallaban en el mismo sentido. Creándose así, en Cataluña, un verdadero reino de impunidad que llega hasta nuestros días.
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