Obiang y Moratinos, amigos para siempre |
Yo no sé si es que Moratinos posee como rasgo natural la condición de majadero, que es el adjetivo destinado a los que porfían en la necedad, o bien se hace el necio porque dentro de un gobierno de cortitos como es el que tenemos en España no está bien visto dar la nota aportando un miligramo de cordura. Así, pues, me pregunto si nuestro hombre no se disfrazó de estrafalario al ser llamado la primera vez a presencia de Zapatero y decidió, al comprobar la pinta del jefe que le había tocado en suerte, que lo mejor para no desentonar era mantenerse de palabra y obra en el bando de la incompetencia más absoluta y ostensible.
No pasa un solo día sin que el ministro de exteriores nos avergüence a los españoles y nos haga sentir como si fuésemos súbditos de un cacique africano que regenta cuatro tiendas de paja rodeadas de selva. La sensación de aversión que produce Curro sólo es comparable a la capacidad de sus mentiras e insolencias. Una de esas mentiras, expresada además con un descaro ciclópeo, hablaba de la relación privilegiada con Estados Unidos. Por si fuese poco, y aquí se demuestra la condición fullera imprescindible para ser miembro del gobierno ZP, en su comparecencia en el Senado acabó culpando a los populares de estar fuera de tiempo en el conflicto iraquí.
La penúltima frivolité de tan airoso personaje (por lo del viento fresco que necesita) ha consistido en largarse a África y visitar algún que otro país de la zona, cuando en realidad debía de haber acudido a la reunión preparatoria de la Cumbre europea. Ha justificado su ausencia, algo que más bien debemos considerarlo como una imposición de los dos o tres que aún piensan en este Gobierno, mediante una frase que no convence a nadie: El compromiso ético con África. ¿Y el compromiso ético con España? ¿Y la defensa de nuestros intereses en ese mundo de codazos que son las cumbres europeas? ¿Y el batir el cobre para que no pasemos del todo de Aznar a la nada de ZP? Opa a Endesa mediante.
Y ya por fin la última: Bono y Moratinos se enfrentan con motivo de la presunta venta de armas a Angola. Vamos, que el de Exteriores le dijo a algún cacique africano que más tarde pasaría su representante de armamento, un tal Bono, que es a lo que quizá Moratinos denomina compromiso ético con África, y el tal Bono se pilló un rebote al verse considerado como chico de los recados y dijo que se había enterado por la prensa, algo escasamente inédito en el mundo socialista desde los tiempos de Mister X, otro maestro de la ética. Y a todo esto el señor Zapatero que no dudó en afirmar lo siguiente: No, no, los dos son muy buenos ministros, gracias. Decididamente, a ZP le va la marcha.
Publicado el 9 de diciembre de 2005
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