Cuando un analfabeto gana el Nobel de Literatura...

Cuando un analfabeto gana el El Premio Nóbel de Literatura, puede suceder lo peor. El dramaturgo británico Harold Pinter, en su discurso de aceptación del Nobel, acusó a los sucesivos gobiernos de Washington de haber cometido crímenes sistemáticos contra la humanidad y de haber sometido brutalmente a numerosos Estados. La verdad es que, por mucho que buscamos, no encontramos más trasfondo literario a toda esta bazofia argumental que la fábula literaria de los Samaniego, Esopo, Iriarte, etc. 

Bien mirado, este loco impresentable ha hecho bien en burlarse de la Academia de Estocolmo, para ver si de una vez por todas se piensan dos veces a quién otorgan el Nobel de Literatura. Por lo menos que tenga un poco de educación y elegancia y que no nos aleccione en el marxismo más grosero con frasecitas del tipo «La invasión de Irak fue un acto de puro terrorismo, que demuestra un desprecio absoluto por el concepto de ley internacional». Ya lo ven, amigos. Lo de menos es la Literatura. Al-Qaeda no tiene nada que ver con el terrorismo. Bush y Blair son dos criminales de guerra. Para democracia, el Afganistán de los talibanes. El mundo al revés... Cualquier año de éstos darán el Nobel de Medicina a Llamazares y nos disertará sobre la Guerra Civil Española.

Definitivamente Pinter está loco de remate. Ni corto ni perezoso, el tipo también mencionó las actuaciones de EEUU en Indonesia, Grecia, Uruguay, Brasil, Paraguay, Haití, Turquía, Filipinas, Guatemala, El Salvador y Chile. Sobre este último país, dijo que nunca se podrá perdonar el daño que Estados Unidos le hizo en 1973. Es una pena que este señor sea tan analfabeto. La participación de los EEUU en el levantamiento del general Pinochet contra la dictadura marxista-leninista del grado 33º Salvador Allende tuvo bien poco que ver con la Casa Blanca y mucho que ver con el hambre, las expropiaciones, el terrorismo socialista, el caos político y económico y la cubanización del país. Pero claro, para qué molestarnos en replicar a un analfabeto patológico.

Autor: Smith

Publicado el 9 de diciembre de 2011