Haec omnia TIBI DABO, si cadens adoraveris me. Todo esto te daré si postrándote ante mí, me adoras. Foto by Perry
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Lo cierto es que contemplando las sucesivas declaraciones que nuestros políticos, todo altruismo, están realizando en los últimos tiempos, estoy empezando a dudar de mis propias apreciaciones pues por un momento pensé que estábamos regresando a la época de Nerón donde la cristiandad fué perseguida hasta el exterminio, a cuenta de cargarles el "mochuelo" del incendio de Roma. Podría pensarse que el laicismo impuesto por este Gobierno de toda gobernabilidad, estaba finalmente acabando con el mensaje de fraternidad cristiana y que no están resignados a la extinción espontánea, para mayor impunidad de los promotores de su desaparición como fuerza social y moral y de la mano del santón Rodriguez Hojalatero, habían conseguido producir un estado de hipnosis colectiva no ya sobre la realidad de nuestra Historia, si no sobre nuestras más íntimas convicciones mayoritarias como pueblo. Nada más lejos de realidad y a las pruebas me remito.
Un buen ejemplo de ello es un señor, autodefinido como demócrata cristiano, que hace gala de su fe invocando y agradeciendo públicamente a Dios, el no haber permitido que fuera tentada por el diablo y que la gracia Divina haya mediado para evitarle caer en las garras del maligno. ¡Alabado sea Dios!
Nada debe temer Durán con el Señor, metido en política e incondicionalmente de su parte. Probablemente su ortodoxia "cristiana" le imponga misiones de cruzado por las que sea capaz, lícitamente, de llegar a reactivar la Inquisición en defensa de su idea de democracia, donde algunas voces pueden y deben ser acalladas por improcedentes al interpretar inadecuadamente el mensaje del Cristo redentor. Élite político-"cristiana" con derecho a veto “demócrata-selectivo”. Caridad que, como sabemos, bien entendida empieza por uno mismo. ¡Señor, Señor! Esas oraciones públicas, esos golpes en el pecho pecador….
Pero no todos tienen la fe de Durán. A algunos, no obstante, les basta con creer en los milagros como al catecúmeno nazionalista Artur Mas, que concentra todas sus plegarias pidiendo la manifestación de fuerzas ocultas que le ayuden en la consecución de sus propósitos terrenales, no importa la dureza de la prueba a la que se vea sometido si al final la dicha (OPA) es buena. Aunque él puede no admitirlo, demuestra, como todos los agnósticos, que la experiencia divina es inaccesible al entendimiento humano (lo cual a su vez prueba su creencia en lo sobrenatural), y por ello confía en la bondad de la afirmación que reza “los caminos del Señor son inescrutables”. ¡Señor, Señor! Dame una prueba de tu existencia y aprueba el Estatut. De lo contrario y como otros han dicho, me veré para siempre desafecto a ti por haberme abandonado. Todo un creyente.
Para acabar, y aún con menor fe en Dios pero con una confianza inagotable en su propia capacidad para interpretar los designios Divinos, otra dogmática aventajada se permite “excomulgar”, cual suma sacerdotisa en funciones, a aquellos que osen prostituir la Palabra recibida en custodia, amenazando con el fuego del Infierno y el eterno desprecio Divino a los herejes. Lanzar profecías es creer en el futuro. En este caso, en un futuro Dios vengador de afrentas a los que hoy señala con su dedo acusador libre de toda culpa o sospecha. Profetas apocalípticos del presente que justifican su credo con la conocida frase conspirativa de Caifás referida a Jesucristo: “Es mejor que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca" (Juan 11:50). Males menores, sin duda.
En verdad no puedo compartir estas manifestaciones de “auténtico” cristianismo, pues cada uno de ellos en su estilo se tiene como tal a sí mismo, ya que más bien recuerdan a farisaicos sepulcros blanqueados usando el nombre de Dios en vano, como lo hicieron antaño los mercaderes del templo de Jerusalén a los que finalmente Jesús expulsó por impíos. Aún así, no deja de ser esperanzador lo que anuncian, pues sobre todo demuestran que al menos existe en ellos el temor de Dios en una u otra forma. Debe ser por eso que practican con entusiasmo aquello de "A Dios rogando y con el mazo dando". Además, los tres ejemplos citados tienen su base de operaciones en la ciudad condal de Barcelona. Ciudad que como ninguna proclama su vinculación cristiana y creencias incontestables, y que deja pruebas de ello hasta en las vidrieras del templo al Señor erigido en la cumbre de la montaña que guarda las espaldas a la capital de su nueva nazión, y cuyo nombre puede leerse en mayúsculas en la frase de la cristalera que rememora al Diablo tentando a Jesús y ofreciéndole la ciudad que se ve a sus pies, sospechosamente parecida al ensanche barcelonés con Montjuich al fondo. Hay que reconocer que el Diablo sabe de tentaciones. ¡Qué tío!
Autor: Perry
Publicado el 21 de diciembre de 2005
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