jueves, 15 de febrero de 2018

Apuntes sobre el victimismo catalán

Cualquier rasgo de victimismo siempre ha estado envuelto en falsedad.

El nacionalismo catalán, como casi todos los nacionalismos, vive de explotar el victimismo. Ahora mismo, el portavoz de ERC en la Comisión de Defensa del Congreso, el asalta piscinas Joan Puig, ha remitido al Gobierno una batería de preguntas por escrito sobre el uso de las lenguas cooficiales en el ámbito militar. Para ser el Ejército una institución tan odiada por los naZionalistas, no se entiende el interés que tienen éstos por las comunicaciones de los miembros de tan "represora" institución.

Hasta tal punto llega la explotación del victimismo por parte de los neonacional-socialistas que, ERC ha presentado una demanda civil -rubricada por el propio presidente de la formación antiborbónica, Josep Lluís Carod-Rovira y su secretario general, Joan Puigcercós- contra la Cadena COPE y el director de uno de sus programas, Federico Jiménez Losantos, por "vulnerar de forma reiterada el derecho al honor y a la imagen del partido independentista catalán y de sus líderes". Fíjense como esta gente, estos victimistas de salón, terminan haciendo que una víctima real de un atentado del otrora brazo terrorista de la Esquerra aparezca ante la opinión pública como un sectario anticatalán. Ya lo ven, la víctima, el que vulnera los derechos de los hermanos de Terra Lliure. Claro que, con el Presidente del Gobierno que tenemos, arrepentido de la propia Ley de Partidos que promovió hace unos años porque quiere congraciarse con el brazo político de ETA, o sea Batasuna, ustedes dirán.


Queríamos, a colación de todas estas cuestiones, realizar algunos apuntes sobre el victimismo catalanosocialista. Según Dionisio Ridruejo (Casi unas memorias, Espejo de España, Planeta, Barcelona, 1976), a la toma de Barcelona el 26 enero 1939, el equipo que dirigía la cultura de la zona nacional tenía previsto respetar la cultura catalana, empezando por la propia lengua. Lamentablemente, las loables intenciones iniciales para nada se cumplieron. Con el establecimiento de las directrices políticas del nuevo Estado en 1939, llegaron las campañas desmedidas como aquella de "habla la lengua del Imperio" y otros excesos represivos que tuvieron su punto álgido en 1940.

No justificamos para nada dichas actitudes, quede claro. La cultura, la lengua, las libertades son necesarias para el desarrollo de cualquier sociedad libre. Ahora bien, las actitudes revanchistas de los vencedores tampoco fueron tan duras como otras que impusieron diferentes estados totalitarios del siglo XX. Véanse los casos de los aplastamientos de minorías regionales, nacionales o étnicas en Alemania, Polonia, la URSS, Yugoeslavia... por citar otros países europeos.

Porque veamos:

1941: se empiezan a editar obras en catalán.

1943: se publican cuarenta y tres obras en catalán: entre ellas, las Obras Completas de Verdaguer y El somni encetat de Miquel Doç. Funciona el Institut d´estudis catalans, del que es presidente Puig i Cadafalch. En la institución Amics de la poesia se dan clases particulares de lengua catalana.

1944: Joan Brossa estrena su pieza teatral El cop desert.

1945: Auspiciada por Tristán La Rosa, aparece la revista Leonardo.

1946: Pío Daví y María Vila realizan campañas de teatro vernáculo, estrenando L´hostal de la gloria, de Josep Maria de Sagarra, que desarrolla en los años inmediatos una constante labor dramática.

1947: Editorial Aymà convoca el Premio Joanot Martorell, que seguirá convocándose sucesivamente. La revista Antologia patrocina un concurso mensual de cuentos en catalán.

1948: Aparece la revista Dau al set, dirigida por Brossa, donde son habituales las firmas de Ponç i Cuixart, Tàpies y Tharrats. Escriben poesía en catalán Salvador Espriu, Pérez Amat, Pedroto, J. V. Foix, Maurici Serrahima. Escriben con dificultades, pero escriben. Se publican sesenta libros en catalán.

A todas luces se nos antoja surrealista comparar la represión franquista del catalanismo con la que Tito o Stalin hicieron con sus minorías -estas sí- "nacionales". Pero para completar el análisis, volvamos a España. Concretamente a Cataluña. ¿Cómo actuaron los jacobinos de la Esquerra cuando tuvieron el Poder en sus manos? Comentemos un sólo dato que demuestra bien a las claras cuál fue la actitud de la GenCat durante la Guerra Civil. Ronald Radosh, Mary R. Habeck y Grigory Sevostianov, en su magistral Spain Betrayed. The Soviet Union in the Spanish Civil War, Yale University, 2001 (edic. inglesa), señalan en la página 501 (traducción nuestra): "La Esquerra había prohibido la enseñanza de la lengua española en las escuelas catalanas. Al Gobierno de Cataluña no le importan ni los niños ni los refugiados porque son españoles". Documento 79. Al Com. Voroshilov (Top Secret). Conversación con Negrín el 10 de diciembre de 1938.

Una última cuestión: la senyera de Cataluña y la bandera de Barcelona ondearon libremente en los edificios públicos a partir, nada menos, que de 1940. ¿Puede decirse lo mismo de la bandera española en el 2006? Lo decimos porque Maragall no suele aparecer con la bandera española en público cuando de él depende esta cuestión. Es decir, que volvemos a lo mismo: victimismo nacionalista a raudales. Los nacional-socialistas, encabezados por el PSC no respetan la bandera nacional, para luego quejarse de las represiones inquisitoriales de una posguerra.

En fin, así está España. La vieja tierra de los visigodos... ¿Visigodos hemos dicho?

Autor: Smith
Publicado el 12 de enero de 2006

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios moderados.