domingo, 7 de enero de 2018

Verano azul

Zapatero y Almunia, con sus esposas

El que no quiera verlo es porque no le importa. Tanta conversación. Tanto diálogo y talante. Tanto secreto discreto. Tanto silencio. Tanta mentira. Rodríguez se relaja mientras otros intentan su particular Agosto. Rodríguez no necesita hacer de ídem este verano para que su familia pueda descansar del desgaste anual. En realidad España va tan bien, que sólo mentes retorcidas y retrógradas con oscuros intereses pueden empeñarse en seguir alertando sobre la increíble pesadilla colectiva que estamos viviendo merced a su inconsciencia.

El designio terrorista del 11-M le puso al mando del destino nacional. Siempre pensaré que por más legal que fuera su elección, la circunstancia que el terrorismo preparó para la ocasión la hace ilegítima. Pocas personas tienen en la vida la oportunidad de hacer grandes cosas. A Rodríguez, el terror le brindó esa oportunidad. Cobardías suyas aparte, una nación traumatizada como la nuestra merecía, al menos, un mensaje de unidad y fortaleza. Un mensaje de esperanza en su futuro. Una muestra de coraje y responsabilidad. Un “todos a una”, Fuenteovejuna.

En su lugar, Rodríguez y sus esbirros nos plantean una transformación radical de España por la vía de los hechos consumados y como es habitual en la izquierda, por la puerta de atrás. La devolución “amable” de la oportunidad adquirida, sentando a los terroristas en el Gobierno Vasco. Un revanchismo y sectarismo galopante que está haciendo estragos en nuestra convivencia y que él mismo se encarga de primar promocionando egoísmos irracionales y una profunda división entre todos los españoles.

La ocultación sistemática. El silenciamiento de toda crítica. La mentira institucional. El ridículo y el aislamiento internacional. La rendición permanente como política de Estado. La concesión de lo que sea a cambio de nada. La intriga y el pasteleo. El engaño y la zanahoria. La manipulación de las mentes. La demagogia cañí como explicación para todo. La preparación educativa de un futuro de votantes zombis, o tal vez robotizados, y como en la fase quinta de todo proyecto, la búsqueda implacable de culpables en todo el que no piense como él. Estamos perdiendo paso a paso nuestra libertad en esta farsa de democracia en la que los actores principales son nuestros enemigos y los de nuestra nación.

Descanse en paz Rodríguez durante su plácido verano azul. Su lugar en la Historia está garantizado.

Autor: Perry
Publicado el 5 de agosto de 2005

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