Sharm el Sheikh (Egipto) |
Estas últimas semanas ha sido Londres. Ahora le ha tocado el turno a Sharm el Sheikh (Egipto). Mañana puede ser en cualquier otra localidad del planeta. En el sitio que menos se lo esperen y a la hora más imprevista. La noticia es sencillamente pavorosa: en una cadena de explosiones que han tenido lugar en esta localidad turística de la península del Sinaí, han perecido más de 60 personas a manos de los locos yihadistas de turno.
Puede que la lejanía espiritual, más que física, de la ciudad egipcia nos haga olvidar esta noticia para la hora del bocadillo, pero ello no es óbice para recordar el problema que a todos nos atañe de manera grave: vivimos en una guerra total de civilizaciones planteada por la civilización islamista al mundo laico occidental. No hay vuelta de hoja. Y aquí, una de dos: o los dirigentes de la UE y los EEUU se dejan de complejos y demás zarandajas o lo vamos a pasar mal. Muy mal.
Descartada la impresentable propuesta de alianza de civilizaciones del cretino monclovita, actualmente no existen más que dos salidas al atolladero terrorista en el que nos encontramos:
1) Seguir con la política de la Administración Norteamericana, atacando a aquellos países que den cobijo a los enloquecidos hijos de Alá, extendiendo la democracia por los países musulmanes, colaborando en la solución del problema palestino, colaborando en el desarrollo económico de Oriente Medio, etc...
y 2) Dar un paso adelante y considerar esta cuestión desde un punto de vista mucho más duro, yendo sin complejos por delante de los terroristas. En esta línea, cabe anotar que esta semana, el representante del Partido Republicano de Colorado, Tom Tancredo, ha sido duramente criticado por su propuesta de atacar los sitios islámicos terroristas, en caso de que los EEUU sufran algún tipo de ataque nuclear por parte de los terroristas islámicos. Esto ha hecho gracia a más de un comentarista, que ha recordado que el mundo ha vivido durante cuarenta años admitiendo la doctrina de la Mutual Assured Destruction sin que pasara nada.
En cualquier caso, un factor ha de ser tenido muy en cuenta a la hora de analizar la existencia del yihadismo. Los fundamentalistas no pueden asimilar actualmente la cultura occidental, por la forma de pensar y sentir que tienen. Muchos de ellos, cuando vienen a los países demoliberales y capitalistas o comprueban la evolución modernizadora de países árabes como Egipto, se sienten alienados y la presión les lleva a convertirse en mártires de Alá. El mismo efecto tiene, pero en campo propio, la inserción de la democracia y el libre mercado en países como Irak. Esto no hay que olvidarlo en ningún caso, porque ahí radica buena parte del problema.
Autor: Smith
Publicado el 23 de julio de 2005
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios moderados.