Es lo que pasa con los demagogos. Sus argumentos, de tercera regional, terminan en rifirrafes casi ofensivos para el interlocutor de turno. Hace unos días un Presidente de claro corte populista, Néstor Kirchner, justificó haberle pedido al titular del FMI, Rodrigo Rato, "respeto y dignidad" para la Argentina porque, reveló, el titular de ese organismo le "quiso dar una lección de economía".
Néstor Kirchner va a terminar hundiendo Argentina. Eso lo sabemos todos. Lo único que le pedimos es que, por favor, no encisque a los demás. Que la basura se la guarde para él y para sus electores. El señor Rodrigo Rato posiblemente sepa de economía bastante más que todo el Ministerio del ramo en Argentina.
Que en pleno siglo XXI todo un presidente argentino se presente de malos modos ante el Fondo Monetario Internacional exigiendo con altanería que negocie "como corresponde" con Argentina; o que todo un ministro de Economía, Roberto Lavagna, quiera postergar el pago de unos 6.100 millones de dólares por la cara... ¿Qué hemos hecho para merecernos esta colección de caraduras?
"Se tendrán que dar cuenta las autoridades del Fondo de que con la Argentina no se puede jugar", dijo Kirchner y pidió al organismo que reconozca "todo el esfuerzo" que realizó el país para cumplir con los vencimientos. En fin, para qué seguir...
Lo que queda claro es que el siglo XXI tiene una nueva peste que combatir: los demagogos izquierdistas. Y cada día son más.
Autor: Smith
Publicado el 28 de septiembre de 2005
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