La sociedad de la información en la que estamos inmersos promueve, y exige, un aumento constante del nivel de cultura general de los habitantes terrícolas a través de los procesos de tratamiento de la información generados entre todos. Dos conceptos clásicos en el mundo de la informática dividen, no obstante, estos procesos de acuerdo a sus objetivos y funcionalidad.
El interactivo agrupa aquellas acciones que representan básicamente el aporte de nueva información al sistema. Todos nosotros “interaccionamos” con el sistema (local o globalizado) y colaboramos en su crecimiento alimentando sus entrañas. Creamos y mantenemos ficheros de clientes y proveedores, registramos nuestras economías en la Agencia Tributaria, buscamos información en la Red, exponemos nuestras ideas creando artículos en un blog, nos registramos y facilitamos nuestros datos personales en multitud de servicios, ponemos anuncios, compramos y vendemos... En fin, una verdadera vorágine interactiva.
El batch, palabro inglés que significa “destajo” y se aplica habitualmente en informática como “tratar por lotes”, por el contrario tiene que ver con procesos globales de esa información con propósitos de extracción selectiva, verificación y actualización sistemática de datos, generación de comparativas y estadísticas, conteo y control de casuísticas, en definitiva todos aquellos procesos que permiten ofrecer resúmenes “digeribles” de la información y soporte a la toma de decisiones por parte de los “propietarios” del sistema. Por supuesto, los procesos batch suelen estar ocultos a los usuarios, pues ya no son requeridos para esta parte del “negocio”.
Sin convertir este artículo en un informe o debate técnico, por otra parte inabarcable en esta mínima reseña, debo recordar de pasada los riesgos que para nuestra privacidad y seguridad implican tanta “interactividad” y tanto “batch” oculto, riesgos que no por conocidos están resueltos. Internet ha tambaleado muchos esquemas y ha cambiado las reglas del juego para todos. De hecho, el fracaso empresarial en la Red, suele ocurrir porque simplemente esas empresas trasladan y replican su modelo de negocio convencional al nuevo medio, sin advertir precisamente lo que la palabra nuevo significa.
Hablamos ya de democracia digital y creo que con fundamento esperanzado, pero sin garantías. Pronto dispondremos de verdadera identificación digital a través del nuevo DNI electrónico que empezará su andadura en 2006. Con él, incluso podremos votar electrónica e “interactivamente”. Nosotros, los “interactivos”, seremos concienzudamente comprobados para impedir falsificaciones y fraudes indeseables. Sería deseable idéntico tratamiento y rigor para los que usen el “batch” y evitar “tocomochos” digitales institucionales. Aún así, tales facilidades no producirán sin embargo a corto plazo, el hecho de que las regulaciones y leyes maquinadas por los políticos puedan ser directamente sancionadas por los ciudadanos. Yo no necesito que nadie me interprete ni me represente, si puedo hacerlo por mi mismo. Sueño muchas veces con ese todavía lejano escenario, aunque sé que, lamentablemente, los gobiernos y los políticos no son el interactivo, si no el batch.
Autor: Perry
Publicado el 28 de septiembre de 2005
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