lunes, 15 de enero de 2018

Más sobre el huracán Katrina

Vista aérea del centro de Nueva Orleáns inundado tras el paso del Katrina

Es curioso, pero los mitos progresistas respecto al Katrina se están desvaneciendo en cuestión de horas. Algunos ya han dejado claro lo burlesco que supone culpar a Bush de todo lo relativo a la catástrofe del devastador huracán. De hecho, habría que atribuir al Presidente de los EEUU un talento casi sobrehumano para la calamidad. Porque miren que ni la más maquiavélica de las mentes podría hacer tanto daño como el sufrido en Mississippi, Louisiana, Alabama y muy especialmente en la ciudad de Nueva Orleans. Ni siquiera alguien tan "malvado" como George W. Bush podría hacer tanto daño.


El columnista australiano del periódico digital theage.com.au, Tony Parkinson, recuerda cómo a George W. Bush se le viene relacionando vilmente con el Katrina desde todos los ángulos posibles: primero se le acusó de provocar el calentamiento global que ha causado el Katrina (manda huevos); más tarde se le acusó de la falta de medios contra los huracanes por "desviar" fondos a la Guerra de Irak (manda narices); por último, el pillaje y robo que estos días sufre Nueva Orleáns es culpa de las desigualdades sociales de las políticas impositivas (!!) derechistas (manda bemoles). La verdad es que entre clase pensante progresista, imaginación que no falte.

Hay que decir asimismo que otra de las razones arguídas contra la Administración Bush por su "lentiud" (?) en responder al devastador huracán Katrina era que la demografía sureña estaba básicamente compuesta por gente de escasos medios económicos y de color negro. Rápidamente la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, rechazó las acusaciones de que el gobierno no respondió más rápidamente a la devastación causada por Katrina porque la gran mayoría de los afectados han sido afroamericanos pobres. Pero es que aún hay más. En una agencia del sur de los EEUU dedicada a ayudar a la zona devastada y en la cual el 25% de los trabajadores son negros, da la coincidencia que sólo el 8% de los que han acudido a los estados afectados son negros. Parece pues que la solidaridad de los no-negros tampoco es tan pobre como quieren hacernos ver los megaprogresistas.

En fin. Tonterías para dar y tomar. El caso es difamar, que algo queda. Katrina ha supuesto la mayor fuerza destructora desde la Guerra Civil norteamericana y evidentemente la Administración republicana estará haciendo unas cosas mejor que otras. Ahora bien, cualquier análisis sosegado de esta cuestión requerirá algunos meses, si no años, para ver con perspectiva si Bush hizo las cosas bien, mal o regular. Lo que no es de recibo es que, por ejemplo, se critique la lenta movilización de las tropas en una desgracia de esta envergadura. Como ya dijimos, habrá que estudiar como se moviliza a decenas de miles de soldados antes de repartirlos sin ton ni son por los estados afectados. Un plan mínimamente coordinado lleva su tiempo. Elaborarlo e implementarlo. 

Naturalmente los enemigos mortales de los EEUU se frotan las manos con las desgracia ajenas. Para ellos, lo importante es que el Katrina representará para Bush una carga durante el resto de su gobierno. Poco les importan las víctimas; perdón, nada. Poco valorarán el hecho de que el Presidente haya visitado ya dos veces la zona afectada. Para algunos, Bush ha ido demasiado tarde. Suponemos que éstos serán de cualquier país menos de España, porque lecciones en este sentido, pocas, por no decir ninguna.

Autor: Smith
Publicado el 6 de septiembre de 2005

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