lunes, 15 de enero de 2018

Los espectros

En la imagen, Imanol Arias, Pastora Vega, Pedro Almodóvar, Leonor Watling, María Luisa Merlo, Nuria Espert y Ana Belén. No son espectros, son simplemente fantasmas que se han aprovechado del tipo de la ceja, o sea, de ZP. Son gente, los fantasmas, con las ideas preconcebidas respecto a quién debe protagonizar el papel de bueno y el de demonio. Y lo proclaman a grito 'pelao' sin advertir o sin importarles que incurren en el más espantoso de los ridículos. Y luego, ¿quién va a querer ver sus películas?

"Sadam confiesa que hubo crímenes, asesinatos incluídos (sic), durante su régimen". Así, falta de ortografía de por medio, reza el titular que Europa Press despacha hoy (7 de septiembre de 2005) a sus abonados para que los del “No a la Guerra” comiencen una vez más a sonrojarse de vergüenza. Me refiero, naturalmente, a los que son capaces de sentir turbado el ánimo a causa de una acción deshonrosa, es decir, a los que secundaron de buena fe aquellas manifestaciones callejeras en las que todo valía y todo fue objeto de la ira y el vilipendio, ya que para los fulanos izquierdistas que las fomentaron, con ZP al frente, la vergüenza que siempre han mostrado es similar al grado de conocimiento que poseemos de esos fenómenos meteorológicos excepcionales, como puedan ser los rayos en rosario o el espectro de Broken, fenómenos que pocos han experimentado en persona, conociéndose de antaño gracias a las descripciones e identificándose hoy a través de las oportunas imágenes fotográficas.


Alguien se preguntará qué tendrán que ver entre sí tres tipos de fenómenos tan distintivos —Sadam, ZP y los meteoros citados— como para que haya dedicado unas líneas a relacionarlos. Bien, la respuesta no es sencilla, pero a ello voy. En primer lugar hay que decir que, salvo que uno sea un buen profesional o un gran aficionado al estudio de determinadas ciencias, los fenómenos meteorológicos excepcionales no suelen reconocerse ni aun teniéndolos ante nuestras propias narices. Como mucho se queda uno alelado y con la boca abierta durante su aparición y, dependiendo de su credulidad o su fe, puede llegar a relacionarlos con naves extraterrestres, caso del rayo en bola, o con la aparición de tal o cual virgen, caso del espectro de Broken y otro fotometeoro similar llamado Gloria.

Algo así ha ocurrido con Zapatero, un personaje hacia el que determinados colectivos le han mostrado simpatía incondicional y nadie sabe por qué o lo que se sospecha no es apto para ser leído en público. Zapatero es un fenómeno que originalmente embobó a los bisoños de la política, muchos de ellos pueblo llano a los que les quemaba el voto en las manos tras el 11-M y deseaban adjudicárselo a quien, sin que se percibiera demasiado, impostaba la voz (y las intenciones) en cada una de sus promesas. Para ellos, ZP era la virgen aparecida que obraría milagros trayéndonos la “paz eterna”. Su “profundo deseo de diálogo”, donde rara vez se incluía el vocablo “acuerdo”, llevó al convencimiento de que si él gobernaba con su proclamado "talante", tan vacuo como el diálogo, los españoles seríamos más felices y todo nos parecería flores y violines. Para otros, el personaje debía culminar su obra callejera de denuncia y desestabilización del gobierno precedente, haciéndose cargo del Ejecutivo y actuando igual que ese rosario de rayos, de apariencia veloz, pero sólo a la hora de anular cuantas leyes molestasen a los secesionistas y a la Secta, como por ejemplo el PHN y la Ley de calidad en la Educación.

Ya podemos ver, pues, que el fenómeno ZP ha sido todo un “bluf” para quienes tenían depositada su confianza en él y le consideraban un hombre sensato y capacitado. Igual que los rayos esféricos, que cuando llegan al suelo muestran alguna sonoridad y se deshacen sin apenas dejar huella de su paso, así parece el itinerario vacío de este hombre impostado e impostor, de ahí que no resulte nada fácil de encuadrar en la nómina de los buenos gobernantes. El rayo no suele llevar una trayectoria rectilínea, ZP tampoco, su política errática cada vez se parece más al vuelo de esas moscas que invaden las sombras en los días de mucha calor y de las que se asegura que ni ellas mismas conocen cuál será su siguiente movimiento. El espectro de Broken nos facilita una especie de imagen engañosa envuelta en un halo; para algunos, la figura de ZP sería la perfecta encarnación de un espectro: Al amanecer, la nada. Al anochecer, la oscuridad de la razón. Mientras tanto, 45 millones de personas, muchos de ellos aún con deseos de ser españoles, vemos cómo “el rayo que no cesa” permite que cada jornada haya un poco menos de España. Otros espectros, los totalitarios secesionistas, desean tomar el relevo en el poder y hacerse con el botín de la Nación.

¿Y Sadam? ¿Qué tiene que ver con todo esto? Es otro espectro que está ahí, a medida que sus infamias y crímenes surjan a la luz, reconocidas por él mismo, la postura interesada de las izquierdas sarmentosas que tacharon a cierta guerra de ilegal e injusta pasará a comprenderse más y más y podrá ser valorada como lo que fue: Una campaña en la que se solaparon la inmoralidad y la superchería. Sadam y sus declaraciones desempeñarán en el exterior el mismo papel que los vergonzosos detalles que vamos conociendo del 11-M: Dejar en evidencia, lastimosa evidencia, a unos gobernantes que accedieron al poder sin merecimiento alguno, habiendo engañado a los ciudadanos y deseando que ese engaño se mantenga, tal y como ahora comienza a saberse.

Artículo revisado, insertado el 7 de septiembre de 2005 en Batiburrillo de Red Liberal


PD: ¿A cuento de qué insertar ahora (año 2015) este repaso a Zapatero? Fácil, Pedro Sánchez es su fotocopia y trato de poder sobre aviso a los votantes dudosos que puedan llegar a leer esto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentarios moderados.