Eusko Alkartasuna es un partido político que nació en 1986, fruto de una escisión del Partido Nacionalista Vasco. Llegó un momento en el que el ex seminarista Carlos Garaicoechea se hartó de estar siendo manejado cual marioneta guiñolesca por el ex jesuita Javier Arzallus y se rebeló contra éste formando un partido político nacionalista de carácter más radical e izquerdista que la casa común del aranismo. Por su parte, Arzallus tuvo que remover entre los viejos seminaristas de Bilbao para encontrar a otro hombre de paja: José Antonio Ardanza, jefe de la asesoría jurídica de la Caja Popular Laboral, alcalde de Mondragón y diputado general de Guipúzcoa.
La irrupción de Eusko Alkartasuna en la política vasca tuvo sus consecuencias positivas: la división surgida entre los aranos imposibilitó, en la práctica, la consecución de mayorías absolutas del PNV, obligando al partido de Sabino Arana a pactar en sucesivas legislaturas con la propia EA y otros partidos. Por el contrario, se afianzaba en el panorama político vasco una fuerza radical, ultranacionalista y mucho más cercana al MLNV o a ERC que al PNV en infinidad de cuestiones.
Eusko Alkartasuna está presidido actualmente por una ultranacionalista llamada Begoña Errazti. Esta mujer, la verdad, tiene cosas de bombero. Su descaro y su desvergüenza es palmaria. No tiene ningún rubor en situarse a la vera de Batasuna en múltiples cuestiones o en criminalizar al PP ó al PSOE con argumentos de saldo.
Una noticia nos ha llamado poderosamente la atención esta semana. Doña Begoña está muy preocupada. Dice que: "Se está produciendo un endurecimiento de los discursos políticos, con esquemas muy viejos". Y es que a la alkartasunera no le gustaron nada las declaraciones de Rodríguez Zapatero exigiendo a ETA el abandono de las armas. Para una vez en año y medio que Rodríguez se desmelena...
Ahí lo tienen. Eusko Alkartasuna se escandaliza por el "endurecimiento" (!?) del discurso del Gobierno. No, no puede ser que un Gobierno exija la disolución de ETA, no. Eso es demasiado. Son esquemas viejos y fascistas. En cambio, ahí está la discursología alkartasuna, tan llena de ideas "nuevas" y "frescas" como sorprendentes: la presidenta de EA cree que se pueden dar las condiciones necesarias para abordar un proceso de paz en Euskadi. ¿Proceso de paz? Pero, ¿acaso había hablado alguien, alguna vez, de "proceso de paz" en el País Vasco? Esto sí que es "nuevo"; una idea recién aterrizada desde el planeta Marte.
Este verano EA también se ha sentido molesta porque el Gobierno de Navarra ha decidido cambiar el nombre del Estadio El Sadar de Pamplona por el de Estadio Reyno de Navarra. A EA le interesa tanto Navarra como al NSDAP le interesaba Austria. Navarra y Austria tienen cosas en común con Vasconia y Alemania respectivamente, pero Navarra no es el País Vasco ni Austria es Alemania. Lo que ocurre es que a los alkartasunos les interesa mucho entrometerse en los asuntos del viejo reino que, afortunadamente, vive en un periodo de despegue del vecindario expansionista. Después de unos años de mentalidad decadente y de la aparición de un "eusko-navarrismo" capitaneado por el nefasto Juan Cruz Alli y secundado por las filas socialistas, tan poco navarras como españolas, parece que desde el Gobierno Foral se han tomado en serio la cuestión de la identidad de Navarra. Parece que, incluso, de modificarse la Constitución, se va a exigir que se elimine la Disposición Transitoria Cuarta, verdadera espada de Damocles para Navarra. Bien, todas estas son las cosas que tanto molestan a nuestra querida Begoña.
Autor: Smith
Publicado el 3 de septiembre de 2005
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