Bajo el título La derecha sin remedio (1801-1987). De la prisión de Jovellanos al martirio de Fraga, el profesor Ricardo de la Cierva publicó hace ya bastantes años (1987) un libro en el que exponía los complejos y tribalismos que padecía el núcleo político que en los años ochenta parecía no poder articular alternativa alguna al felipismo.
De unos meses a esta parte, y gracias a la labor francamente destructiva del sector amaricomplejinado del Partido Popular -Gallardón, Piqué, Villalobos, Arriola, Birulés…-, parece como si la derecha española quisiera revivir aquella larga travesía de los Herrero de Miñón, Hernández Mancha y demás políticos de ideología confusa y principios tambaleantes. Tres han sido los focos de debilitamiento del Partido Popular: 1) El Grupo Prisa; 2) El PSOE; 3) Los centristas claudicantes. A estas alturas no hará falta detallar las campañas de estigmatización a las que vienen siendo sometidos acompasadamente desde PRISA y el PSOE cualquiera de los “populares” que defienden nítidamente posturas liberales (democracia, economía…) y conservadoras (concepto de España, defensa de la familia…). Todos ellos han sido objeto de durísimas críticas desde el mundo polanquista y desde las terminales zapateriles hábilmente dirigidas por Rubalcaba y Pepiño Blanco. La novedad, actualmente reside en las críticas que a la labor de oposición de Rajoy ha realizado el educadísimo Piqué.
El punto actual de la cuestión se centra en el futuro personal de Mariano Rajoy y en el futuro ideológico del Partido Popular. A Mariano Rajoy nos lo quieren acojonar. Eso está más claro que el agua. Si hace oposición y se pone detrás de una pancarta, malo. Y eso que Zapatero lo hizo muchas más veces. Si defiende el concepto de matrimonio marido-mujer, entonces es un carca. Si hace un alegato impresionante sobre la desastrosa gestión zapateril en el debate sobre el Estado de la nación, es un extremista… ¡Pero ay de aquel día que Rajoy está en una línea menos FAES, menos liberal y menos neocon! Porque entonces, los mismos periodistas que critican la dureza de Rajoy, se le tiran a la yugular para decir que este hombre no sirve para hacer oposición. El caso es fastidiar.
Es más que posible que la transmisión de los mensajes por parte de la derecha no sea la más adecuada. Pero para ser justos habría que decir que en esto se ha mejorado bastante. Hay que tener en cuenta que los mass media dominantes son claramente izquierdistas y antinorteamericanos, por lo que la firmeza en la defensa de unos principios liberales y atlantistas es una tarea harto difícil. Esto hay que “agradecérselo” profundamente a José María Aznar y Rodrigo Rato. Sus conchabeos con PRISA los está pagando el pobre Mariano, a quien le aconsejamos que defienda siempre y en todo lugar la Libertad, la Democracia y España. Con ello, antes o después, vendrán los frutos.
Autor: Smith
Publicado el 18 de julio de 2005
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