He aquí la Gran Andorra Euskerica, ¡por pedir que no quede! |
Cada día estoy más convencido de que la ETA es una subcontrata del PNV. Ambas formaciones totalitarias y xenófobas (se mantienen los homenajes con sordina a Sabino Arana pero se le sigue ofreciendo abundante incienso) poseen un mismo origen y persiguen idénticos objetivos: “Una nación vasca no sometida a España ni a Francia”, según puede leerse en el diario La Vanguardia. Las condenas del terrorismo que gente como Arzallus o Ibarretxe hayan expresado alguna vez, envueltas casi siempre en comprensión y mimos hacia “esos muchachos”, no pueden creerse cuando luego desisten de reprimir a la banda terrorista mediante el uso de la policía autonómica o se dedican a financiar con dinero de todos los españoles (el País Vasco nos cuenta una pasta cada año) a los familiares de los presos etarras o a las organizaciones que Batasuna nunca ha dejado de impulsar a pesar de su ilegalización.
Hoy el diario catalán al que antes se aludía, La Vanguardia, nos ofrece dos noticias relacionadas. El periódico de Godó puede ser un medio tan bueno como el que más en el que informarse del tema vasco; eso sí, mejor dejar sus páginas para el fondo del cubo de la basura cuando queramos saber algo sólido acerca de ciertos asuntos catalanes de carácter local o regional, de los que el diario suele huir como de la peste o se decide a tocarlos de refilón. Así, pues, de esas dos noticias que se indican, analizadas con cierta malicia —inclinación que es preciso usar cuando los protagonistas son el PSOE y el PNV—, podemos deducir cuál es el punto de partida de una negociación en la que se pretenderá, unos por elevación y otros por cesión, resolver el problema existente en Vasconia. Un problema artificial, no lo olvidemos, creado por el PNV a finales del siglo XIX y a partir de un pensamiento tan racista como elucubrante y fabulador, ideología que desgraciadamente para muchos vascos y la inmensa mayoría del resto de los españoles ha sido tomada en serio durante más de 100 años.
Y es que el gobierno de Zapatero, como se desprende de otra de las noticias que ofrece La Vanguardia, de la que extraigo un párrafo, ha efectuado una ronda de negociaciones secretas con el PNV: Delegaciones de alto nivel del PSOE, el PSE y el PNV se reunieron la noche del 21 de julio secretamente en Madrid para abordar la posible creación de una mesa negociadora, con la desaparición de la banda terrorista ETA en el horizonte. A esta cita asistieron el portavoz socialista en el Congreso, Alfredo Pérez Rubalcaba; el secretario general de organización del PSOE, José Blanco; el líder de los nacionalistas vascos, Josu Jon Imaz; el portavoz de esta formación, Iñigo Urkullu; el secretario general de los socialistas vascos, Patxi López, y el presidente del PSE-EE, Jesús Eguiguren. O sea, que el PSOE niega que esté negociando con ETA (brazo armado de los ibarretxes de turno) y se decide por el enjuague directamente con los que mandan, que son lo que pueden decidir en ese “horizonte” apuntado si renuevan o no la subcontrata del terror.
Por supuesto que, envalentonados como están los “josu jon” y los “urkullus”, con ZP no hay bicho viviente por más rastrero que sea que no saque pecho, lo primero que han hecho ha sido airear su punto de partida y abogar por que el País Vasco del siglo XXI comparta soberanía con Europa, además de con España y Francia. Compartir no deja de ser una palabra ambigua, especialidad de cualquier nacionalismo, que supone distribuir las cosas en partes. Los “jon josu” lo tienen claro, con Europa se compartirán los problemas y hacia Bruselas irán cuantas quejas se les ocurran plantear sobre las malvadas España y Francia. Con los estados vecinos de la Gran Euskal Herría (para no repetir España y Francia) se compartirán los mercados y los negocios. Ahí es nada la nueva Andorra que se nos viene encima. Ya mismo estoy viendo a Zapatero de Co-príncipe florero.
Una Andorra, hoy estado independiente (todo se andará en el País Vasco), que durante siglos y siglos ha sido un territorio garrapata para el bienestar de sus vecinos más inmediatos, a los que ha impedido un mayor desarrollo mediante el sistema tramposo de la nula fiscalidad (todo se andará en el País Vasco). Multipliquemos Andorra por 25, añadámosle dos o tres formaciones totalitarias (que la xenofobia y la negación de derechos políticos de uno y otro territorio es ya bastante similar) y habremos logrado la cuadratura del círculo. Un círculo, con forma de piedra de molino, que Zapatero está dispuesto a tragarse cuando no quede mucho para las siguientes elecciones generales. Hasta entonces, todo será negociación, diálogo, talante y sonrisitas de nuestro presidente por accidente. De paso, y comprobando que ERC difícilmente le apoyará todo lo queda de legislatura, pedirán el soporte del PNV para los presupuestos del Estado y, puntualmente, el de Coalición Canaria y CiU, previo pago de su importe, por supuesto.
Si toda esta maniobra subterránea le cuesta la cabeza a Maragall, cero problemas para Zapatero. Don Pasquale quería llegar a cualquier precio al cargo de “President”, ya lo ha conseguido y ha visto que es bastante aburrido. Cuando la Olimpiada de Barcelona se divirtió mucho, pero ahora está muy mayor y no es plan de ponerse otra vez a dar saltitos de alegría. Más que nada, porque a ver quién es el guapo que es capaz de alegrarse con un mal bicho como Carod soplándote a todas horas en el cogote. Malas lenguas aseguran que Maragall comienza de nuevo a buscar casa en Roma. Si esa lejanía de la Generalitat sirve de paso para que en las siguientes autonómicas catalanas ERC, partido que sí será criticado por todos a diferencia de lo que ocurrió la vez anterior, dé la medida de sus apoyos reales entre la ciudadanía, pues miel sobre hojuelas..., o no. Porque lo que probablemente también ignora ZP, pozo inagotable de desconocimiento, es que, como dice el clásico: “Toda dificultad eludida se convertirá más tarde en un fantasma que te perturbará el reposo”.
Publicado el 1 de agosto de 2005
PD: Debido a su alta calidad, a continuación añado el comentario de Dagwood, uno de los habituales lectores de Batiburrillo:
Saludos. No entraré en la cuestión de la fiscalidad en Andorra, tema que no domino, aunque supongo que el comentario de Policronio iba orientado al hecho de que se trata de una especie de paraíso fiscal (espléndido, ninguna objeción) que se aprovecha de serlo y tener unos vecinos expoliadores, de modo que atraen a españoles y franceses hartos de pagar impuestos. Por mí fantástico, oigan, mientras no se den casos absurdos como el de la tenista que cobraba una beca de la EDO (que tampoco le hacía la menor falta, vistas sus ganancias por otros conceptos) por representar a España en competiciones internacionales... y tenía (pseudo)residencia en Andorra. Claro que, a fuer de liberal, la solución en tales casos es sencilla: retirar la subvención, y tan campantes.
Lo que quería comentar eran otras dos cosas:
1) Lo de Sabino Arana. No me parece que el PNV oculte demasiado su veneración por el Gran Protonazi. Justamente este mañana desayunaba en un bar, y daban por TV1 un homenaje floral a una estatua de su fundador con motivo del 110 aniversario de la fundación del PNV. Supongo que cuando Policronio dice lo de "en sordina" se refiere al hecho de que las actuales ediciones del tipejo en cuestión omiten algunas de sus afirmaciones más sangrantemente racistas, porque por lo demás... no es que se corten mucho a la hora de homenajear al Goebbles vasco.
2) Acerca de La Vanguardia: no he visto periódico más chaquetero en mi vida. Por alguna extraña razón, en Cataluña (yo soy catalán) se ha dicho siempre que es un periódico de derechas, cosa que me sorprende, porque crecí leyendo en él unas burlas salvajes del PP, cuando se pensaba que nunca tendría la menor posibilidad de gobernar. En esa época yo no leía otros periódicos, porque éste era el que compraban en casa, pero me chocaba mucho que se pudiera llamar "de derechas" a un periódico que ponía a Aznar a caer de un burro. (Prefiero no pensar en lo que decían de la AP de Fraga y Hernández Mancha.)
Y de repente se produjo el milagro... a partir de 1994, la sucesión de escándalos del gobierno del PSOE era demasiado conspicua para ignorarla... de repente, Aznar dejó de ser una figura ridícula para convertirse en una alternativa respetable. En 1996, Aznar se había convertido en la esperanza de la renovación de la política española, y las voces críticas en la Vanguardia habían enmudecido oportunamente.
Durante unas semanas, después de las elecciones de 1996, La Vanguardia mantuvo una calculada ambigüedad. ¿Y si resulta que los pactos postelectorales nos dan una sorpresa? Cuando el PNV y Ciu apoyaron la investidura de Aznar, poco les faltó para sacar a Ana Botella en la sección de Belleza del Dominical. Los editoriales, sobra decirlo, apostaban por el simpático chico del bigote al que 3 años antes ridiculizaban.
Siguieron unos años de afinidad con el PP... hasta 2003. Por entonces, el PP se suponía muy desgastado por la huelga general, el Prestige, la guerra de Irak... La Vanguardia estaba en primera línea de las críticas al gobierno, por si acaso la tortilla daba la vuelta. Y sucedió lo imprevisto: en las municipales y autonómicas de ese año, resulta que el PP se mantiene, e incluso gana en Baleares. Se impone un cambio de línea editorial, que se hará particularmente visible durante la crisis de la Asamblea de Madrid: La Vanguardia, siempre atenta a la dirección en que sopla el viento, ridiculizará los intentos del PSOE-IU por atribuir la defección de sus diputados a una nunca demostrada "trama inmobiliaria" y dará la razón (¿cómo no?) al PP.
Bueno, llegamos a la fatídica jornada del 11-M. Francamente, no tengo ni idea de lo que publicó este periódico el 12, el 13 o el 14. A esas alturas, pasaba ya muy mucho de leerlo, aunque imagino en qué línea se encuentra actualmente. Desde entonces, lo he comprado algún domingo (más que nada, por los anuncios inmobiliarios), y me ha sorprendido la bilis de los artículos de Fabià Estapé, que parece que llamando a Aznar (tal como lo conocemos todos) "José María Aznar López" le insulta por el hecho de que "López" sea un apellido muy común. Bueno, en el siglo XIX hubo un crítico literario que descartaba las novelas de Pérez Galdós llamándole "el señor Pérez". Hoy nadie recuerda al crítico en cuestión, mientras sobre "el señor Pérez" se siguen esribiendo tesis doctorales.
Perdón por lo extenso del comentario. Un abrazo a todos.
PD: Debido a su alta calidad, a continuación añado el comentario de Dagwood, uno de los habituales lectores de Batiburrillo:
Saludos. No entraré en la cuestión de la fiscalidad en Andorra, tema que no domino, aunque supongo que el comentario de Policronio iba orientado al hecho de que se trata de una especie de paraíso fiscal (espléndido, ninguna objeción) que se aprovecha de serlo y tener unos vecinos expoliadores, de modo que atraen a españoles y franceses hartos de pagar impuestos. Por mí fantástico, oigan, mientras no se den casos absurdos como el de la tenista que cobraba una beca de la EDO (que tampoco le hacía la menor falta, vistas sus ganancias por otros conceptos) por representar a España en competiciones internacionales... y tenía (pseudo)residencia en Andorra. Claro que, a fuer de liberal, la solución en tales casos es sencilla: retirar la subvención, y tan campantes.
Lo que quería comentar eran otras dos cosas:
1) Lo de Sabino Arana. No me parece que el PNV oculte demasiado su veneración por el Gran Protonazi. Justamente este mañana desayunaba en un bar, y daban por TV1 un homenaje floral a una estatua de su fundador con motivo del 110 aniversario de la fundación del PNV. Supongo que cuando Policronio dice lo de "en sordina" se refiere al hecho de que las actuales ediciones del tipejo en cuestión omiten algunas de sus afirmaciones más sangrantemente racistas, porque por lo demás... no es que se corten mucho a la hora de homenajear al Goebbles vasco.
2) Acerca de La Vanguardia: no he visto periódico más chaquetero en mi vida. Por alguna extraña razón, en Cataluña (yo soy catalán) se ha dicho siempre que es un periódico de derechas, cosa que me sorprende, porque crecí leyendo en él unas burlas salvajes del PP, cuando se pensaba que nunca tendría la menor posibilidad de gobernar. En esa época yo no leía otros periódicos, porque éste era el que compraban en casa, pero me chocaba mucho que se pudiera llamar "de derechas" a un periódico que ponía a Aznar a caer de un burro. (Prefiero no pensar en lo que decían de la AP de Fraga y Hernández Mancha.)
Y de repente se produjo el milagro... a partir de 1994, la sucesión de escándalos del gobierno del PSOE era demasiado conspicua para ignorarla... de repente, Aznar dejó de ser una figura ridícula para convertirse en una alternativa respetable. En 1996, Aznar se había convertido en la esperanza de la renovación de la política española, y las voces críticas en la Vanguardia habían enmudecido oportunamente.
Durante unas semanas, después de las elecciones de 1996, La Vanguardia mantuvo una calculada ambigüedad. ¿Y si resulta que los pactos postelectorales nos dan una sorpresa? Cuando el PNV y Ciu apoyaron la investidura de Aznar, poco les faltó para sacar a Ana Botella en la sección de Belleza del Dominical. Los editoriales, sobra decirlo, apostaban por el simpático chico del bigote al que 3 años antes ridiculizaban.
Siguieron unos años de afinidad con el PP... hasta 2003. Por entonces, el PP se suponía muy desgastado por la huelga general, el Prestige, la guerra de Irak... La Vanguardia estaba en primera línea de las críticas al gobierno, por si acaso la tortilla daba la vuelta. Y sucedió lo imprevisto: en las municipales y autonómicas de ese año, resulta que el PP se mantiene, e incluso gana en Baleares. Se impone un cambio de línea editorial, que se hará particularmente visible durante la crisis de la Asamblea de Madrid: La Vanguardia, siempre atenta a la dirección en que sopla el viento, ridiculizará los intentos del PSOE-IU por atribuir la defección de sus diputados a una nunca demostrada "trama inmobiliaria" y dará la razón (¿cómo no?) al PP.
Bueno, llegamos a la fatídica jornada del 11-M. Francamente, no tengo ni idea de lo que publicó este periódico el 12, el 13 o el 14. A esas alturas, pasaba ya muy mucho de leerlo, aunque imagino en qué línea se encuentra actualmente. Desde entonces, lo he comprado algún domingo (más que nada, por los anuncios inmobiliarios), y me ha sorprendido la bilis de los artículos de Fabià Estapé, que parece que llamando a Aznar (tal como lo conocemos todos) "José María Aznar López" le insulta por el hecho de que "López" sea un apellido muy común. Bueno, en el siglo XIX hubo un crítico literario que descartaba las novelas de Pérez Galdós llamándole "el señor Pérez". Hoy nadie recuerda al crítico en cuestión, mientras sobre "el señor Pérez" se siguen esribiendo tesis doctorales.
Perdón por lo extenso del comentario. Un abrazo a todos.
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